Con ‘Agente contrainteligente’ estamos ante una comedia en donde dos momentos se elevan por encima de lo admisible para cualquier espectador serio (que también debería de saber a lo que iba cuando le dio al play): el primero es cierta orgía de elefantes… y el otro acontece cuando el hermano espía es alcanzado por un dardo venenoso en…

La única secuencia en donde uno puede pensar que verá algo de lo que dio fama a Louis Leterrier es, precisamente, la que abre el film. En esa secuencia (muy al estilo de un videojuego) la cámara sigue los pasos del espía cuando este activa la lentilla de su ojo al grito de “Green Land”. De resto, asistiremos a una sucesión de chistes sobre miembros masculinos protésicos y diferentes objetos introducidos en el recto…

Mark Strong, confundido con Vin Diesel en un momento del film (quizá uno de los pocos chistes con cierta gracia), se intenta desatar todo lo que no pudo en ‘Kingsman’... y Sacha Baron Cohen sigue a lo suyo interpretando esta vez a un tipo con pocas luces, borracho y un completo ceporro. Por otro lado, Scott Adkins es confundido con un Ben Affleck ucraniano y Penélope Cruz confirma el 2016 como el año en donde perdió definitivamente la vergüenza con este papel y el de ‘Zoolander 2’.

En definitiva: Un intento fallido de Sacha Baron Cohen de acercarse a un tipo de productos más afines al medio cinematográfico, que pecan de repetitivos y que dejan ver como su humor se reduce a continuas referencias homosexuales, muy lejos de la provocación de enfrentarse directamente con un personaje caracterizado al mundo real que tan buenos resultados le dio en ‘Borat’, ‘Bruno’ y ‘El dictador’.

-Lo mejor: Las referencias claras a Oasis, Vin Diesel y el no-cameo de Donald Trump. Los flashbacks de la infancia de Nobby & Sebastian, que parecen de otro film y en donde el director estaba preocupado por contar una historia, y no en jugar con una cámara en una piscina de semen.

-Lo peor: Mark Strong y su perpetua expresión de “¡¿qué hago yo aquí!?”.

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