George Lucas ha enmendado los errores cometidos en “La guerra de las galaxias. Episodio I: La amenaza fantasma” (1999) y nos ofrece una segunda entrega de la nueva trilogía mucho más completa, seria y con un entramado de personajes bastante más perfilados y definidos, estando esta película al nivel de la primera saga de Star Wars (Ep. IV, V y VI).

La historia transcurre pasados unos años desde el final de la primera entrega en los que Anakin Skywalker (Hayden Christensen) ha crecido y es un joven padawan que está bajo las órdenes del maestro jedi Obi-Wan Kenobi (Ewan McGregor). Juntos intentarán descubrir quien ha intentado asesinar a la senadora Padmé Amidala (Natalie Portman). Se sospecha que el asesino puede ser un cazarrecompensas, por lo que Obi-Wan ira tras su busca intentando averiguar quién es y cuáles son sus planes. Paralelamente, el lado oscuro bajo la máscara de La Confederación de Sistemas Independientes (también llamados “separatistas”) está fraguando sus planes para poder librar la batalla contra la República.

Como he comentado, esta entrega cobra fuerza en sus interpretaciones, siendo la de Ewan McGregor (“Ángeles y demonios“, 2009) la que más me ha gustado al acaparar casi todo el protagonismo en el rol de Obi-Wan Kenobi, un maestro jedi que intenta amaestrar a su alumno Anakin Skywalker hacia el lado de la sabiduría para hacerle entrar en razón, debido a que observa que se está dejando llevar por sus actos y sentimientos.

Paralelamente, y con una gran dote para la investigación, Obi-Wan averigua que el lado oscuro trama algo. Hayden Christensen (“Jumper“, 2008) da vida al arrogante, ingenuo y desobediente Anakin Skywalker, el cual ha dado un cambio drástico si comparamos su personalidad con la de la primera entrega, al ser ahora un ser casi despreciable que hace cosas sin pensar, desobedeciendo a su maestro Obi-Wan. Creo que el toque de que sea un personaje irritable lo aporta el doblador español (Óscar Muñoz), quien consigue a la perfección que sea un personaje poco querido y admirado. No me olvido de Natalie Portman en su papel de Padmé Amidala, quien es una de las piezas fundamentales de la trama en cuanto a las decisiones que tome Anakin Skywalker. Interesante interpretación de Portman, pero no me ha cautivado como el resto. Quizás han sido mejores las interpretaciones (pese a que hayan sido limitadas) las de Samuel L. Jackson (“Iron Man 2“, 2010) y Temuera Morrison interpretando a Mace Windu y Jango Fett, respectivamente. Destaco que he sentido cierta admiración siempre por este segundo personaje, desde la creación de la primera trilogía de Star Wars, en la que salía el hijo de dicho cazarrecompensas, llamado Boba Fett.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento por falta de espacio)