"Stella. Víctima y culpable" es un film que desafía al público para enfrentarlo a unas de las etapas más oscuras de la historia del ser humano. En este caso, la historia sigue un período en la vida de "Stella Ingrid Goldschlag" y su cambio de lealtades durante el gobierno nazi en Alemania.

La meticulosa recreación de la Alemania nazi permite transmitir la sensación de desconfianza y opresión presente durante esa época concreta. Cada escena trabaja la incertidumbre en la vida de los personajes desde el manejo de la tensión. Para ello, la dirección de "Kilian Riedhof" mantiene un equilibrio entre capturar la desesperación generalizada y la batalla interna constante de cada uno de los personajes.

Asimismo, las actuaciones del elenco están lideradas por una brillante "Paula Beer", quien captura el miedo y la convulsión moral a la que se enfrenta desde una profundidad emocional solvente. A medida que avanza el largometraje, "Beer" adapta su postura al cambio ventajoso al que sucumbe la protagonista de forma convincente.

No obstante, "Stella. Víctima y culpable" no es una película fácil de digerir. Su contenido es duro, en ocasiones perturbador, y puede resultar desagradable para algunos espectadores.

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