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España España · Poniente de Mallorca
Voto de psmelbr:
4
Drama. Comedia Balram Halwai (Gourav) narra su ascenso épico y cargado de humor oscuro de aldeano pobre a empresario exitoso en la India moderna. Astuto y ambicioso, Balram se abre camino para convertirse en chófer de Ashok (Rao) y Pinky (Chopra Jonas), que acaban de regresar de Estados Unidos. La sociedad ha entrenado a Balram para ser una sola cosa, un sirviente, por lo que se vuelve indispensable para sus ricos amos. Pero una noche todo cambia.
5 de febrero de 2021
9 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
-El tiempo de los blancos se acaba. Pronto serán historia.
-Es el siglo de los hombres de piel marrón y amarilla. Que Dios se apiade de todos los Demás.

Esas frases lapidarias y nada alentadoras, totalmente desligadas, calzadas a presión al final de la película y fuera del contexto social arcaico y profundamente enquistado de la India supersticiosa, para algun@s soñador@s la India mágica, sobre todo en el mundo rural, ese entorno no evolucionado e inhumano que nos refleja la película, y con el regalo de una sentencia ensalzadora de la piedad hacia la raza blanca, no es una invención mía que pretenda nada ni persiga fin alguno. Simplemente esas "pomposas" frases forman parte del guion de esta película tan pretenciosa como la rareza de un Tigre Blanco (y su leyenda) que expresa un drama y la pobreza extrema de millones de hindús que sobreviven con 25 miserables euros mensuales. Todas las desgracias y casi todo lo demás es inherente a lo que rinden esas rupias para sobrevivir. El 99% de la riqueza está en manos de emporios económicos emergentes, industrias farmacéuticas, de textiles, o lo propio de los países BRICs exportadores de materias primas, etc, y ricos señores feudales corruptos que esclavizan al máximo a sus súbditos tan extremadamente sumisos como cobardes. Fin. Cuatro fotos y para casa que es donde mejor se está.

La India, mis queridos lectores, viene a ser, literalmente, como dice mi amigo el Dr. tímido, la Europa de la revolución francesa, sin la revolución pertinente de la guillotina que habría limitado (con sangre y cabezas cortadas, guerras, sudor y lágrimas, como ha ocurrido en todas las revoluciones conocidas de occidente) el desaguisado de tantas injusticias y "tonterías, y esos favoritismos" heredados desde tiempos inmemoriales. A estas alturas, recalcamos mi amigo y el que escribe, a todo ello se le añade el sistema de la segregación social, religiones enfrentadas, terrorismo y separatismo, desforestación, desertización, hambre, mucha superstición, y aún vigentes están las viejas mafias y sus extorsionadores, violaciones y maltrato a las mujeres, niños abandonados por sus familias; unos mil cuatrocientos millones de humanos hindús marrones en pleno apogeo y expansión hacia el poder económico mundial que son reproductores sin control, perdón quería decir hindús desconocedores de la planificación familiar, la gran mayoría inculta o con muy escasos recursos intelectuales, integrando la mayor democracia del mundo. Y seguramente, a tenor de la sentencia lapidaria "que Dios se apiade de todos los demás", referenciando con total clarividencia a los blancos que pronto serán historia, avisa que todo el terrible drama social de ese país se va a acabar (no se sabe cómo será sin revoluciones sociales internas) y es Mea culpa y la de usted, se deduce, toda esa tragedia por el hecho de nacer con la piel blanca.

Las impresiones personales, los gustos, preferencias, los estímulos visulales, y las interpretaciones personales que todos los seres humanos percibimos cuando nos cuentan una historia pueden coincidir en la admiración, una valoración al alza, e incluso ese conjunto de sensaciones vividas en un metraje de dos horas, conforman una opinión severa y contundente catapultando a una película mediocre, o del montón, más allá de lo excelente. Cuidadín, y escribo cuidadín con toda la buena intención porque haberlos háyalos por desgracia, y siempre los habrá, exaltados seres de luz que confunden un argumento muy sencillo y tan manido con verdaderas obras maestras del cine puntuando muy alto a este simplón metraje exótico. Así es fácil confundir temas tan serios como los derechos humanos y lo que tanto costó adquirirlos con el humor oscuro, el arte con el insulto, el asesinato con un accidente, la fuerza bruta, la extorsión y la corrupción como normas aceptadas y justificadoras de una ascensión social, o la falsa liberación del ser humano, cuando el argumento de Tigre Blanco no es otra cosa que la exaltación (voz en Off de satisfacción) de la conquista económica de un hombre esclavizado (que no sabe qué es un ordenador) empleando las mismas trampas que la cinta insistentemente pretende denunciar.

Sálvese quien pueda porque el mensaje de la película es muy claro. Copio: "Balram Halwai (Gourav) narra su ascenso épico y cargado de humor oscuro de aldeano pobre a empresario exitoso en la India moderna. Astuto y ambicioso, Balram se abre camino para convertirse en chófer de Ashok (Rao) y Pinky (Chopra Jonas), que acaban de regresar de Estados Unidos. La sociedad ha entrenado a Balram para ser una sola cosa, un sirviente, por lo que se vuelve indispensable para sus ricos amos. Pero una noche todo cambia"...

...Y Para ascender en la escala social el personaje se sirve de dudosas artimañas que, curiosamente, y porque se lo merece (ser un nuevo rico, bueno, diferente y molón), el cateto simpático merece el perdón y toda la admiración, como si se tratara de un lavado de cerebro ligado a un rol que debe permitir, porque ahora ya les toca triunfar a los marrones y amarillos, y los demás seres de la Tierra nos vamos a relajar, vamos a reír el humor muy negro (oscuro), y por si acaso, mutis, silencio absoluto porque según lo que digamos o se escriba sobrepasaremos el umbral de la xenofobia, seremos fascistas, prepotentes, supremacistas y gente a perseguir.

Resumiendo. La película se puede ver, evidentemente. Y podría servir para la creación de una saga de videojuegos. Buena fotografía, musicá exótica pegadiza, y escenarios muy reales. Excelente la interpretación de Adarsh Gourav y esa gran abuela "comandante" de la familia. Una trama sencilla sin virajes ni grandes sorpresas e incluso es tan previsible que, gracias a la intensidad de los diálogos y el realismo de las escenas emocionales, y de violencia, algunas sobreactuadas, salvan la película.

Puntuación: 4,2
psmelbr
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