Esta película es de la que los que rondamos entre los 50-60 años recuerdan como locura absoluta de una tarde de domingo. Recuerdo perfectamente haberla visto en el cine Alcazar de Barcelona como siempre con mis tías y primos. La película es un clásico de lo que podríamos definir como 'tripinfantil', tan en boga en los finales de los sesenta junto a joyas como 'Un Mundo de Fantasía'.

Basada en una novela de Ian Fleming, esta superproducción memorable nos ofrece todo aquello que los niños que íbamos a Jesuitas se nos prohibía: dos chavalitos que viven sin ir al colegio y que transcurren sus momentos en un mundo de locura con una familia extraña (padre: Dyck Van Dycke, que pasa de su educación, abuelo loquísimo, una casa en la que hacen lo que les da la gana llena de objetos bizarros y extraños, una mujer fantástica amante del padre y millonaria luciendo unos vestidos memorables y que mola mucho más que la figura de madre típica (a la cual por cierto no se hace mención en ningún momento de la peli), coches alucinantes y un perro way, en resumen, qué querrías más en la niñez?. Pues eso.

Los niños viven muy felices con estas movidas hasta que el padre fabrica un coche que es una flipada y hace de todo menos de Satisfyer pero eso no hace falta porque Dick y Sally van salidorros a tope, pero manteniendo unas distancias muy British. Pero claro, en ese mundo de felicidad tienen que aparecer los malos, una pandilla de horteras que parecen salidos de 'El Baile de los Vampiros' que viven en un reino extravagante en el que tienen a los niños encerrados en mazmorras (véase 'Indiana Jones y el Templo de Doom'). El buscador de niños es nada menos que Robert Helpmann, un bailarín clásico que ya había salido en '55 días en Pekín' como malo malísimo y que puedo garantizar que su aparición en la peli hacía en la época salir a los niños corriendo del cine, lo hace genial, y el rey de pueblo vive con una pibona que por lo visto no obtiene placer con este vejestorio, cuya única distracción es obtener juguetes raros y poner a los niños en mazmorras (en la peli no se ve más pero ya imagino).

La película, dejando atrás estos preceptos contiene una banda sonora alucinante de los hermanos Sherman, como siempre amplificados con algún orquestador genial, en este caso Irwin Kostal, el cual conseguía aumentar a límites casi wagnerianos las insignificantes y pegadizas canciones como 'El buen bambú' o 'Dulces pitos', canción para la que la orquesta contó con...103 flautas!!!, consiguiendo una partitura antológica.

Nota digna de mención es que el taller donde trabaja Emma Thompson en 'Cruella', utiliza EXACTAMENTE EL MISMO DECORADO que en la secuencia de los pitos de CCBB.

Más cosas: debido a que la película fue originalmente filmada en 70 mm. , a España llegó una copia horrorosa para su estreno en versión cuadrada, como también pasó en esta época con otras películas con 'Exodo', y por fin ahora en Blu Ray las hemos podido ver en su formato original.

Visto precisamente el Blu Ray de CCBB, de una calidad inmejorable y por fin, tengo que añadir que el doblaje de las canciones en español de la época es una maravilla.

Durante dos horas no ates a tus hijos, ponles esta peli y te tomas un gin-tonic con tus colegas.