Si te digo "En ocasiones veo muertos", ¿qué es lo primero qué te viene a la cabeza? Sí, exacto, la mítica escena del niño metido en la cama con ojos llorosos hablándole a Bruce Willis. Es una de las escenas más famosas de la historia del cine sin lugar a dudas, pero es que la película es un monumento al cine de principio a fin.
La película nos va conduciendo de una manera magistralmente dirigida por Shyamalan hasta uno de los mejores finales que he visto nunca. Me sentí engañado completamente, todos tus razonamientos que has ido fraguando en el desarrollo del film quedan destrozados ante semejante final que para nada esperaba.
Lo que no me explico es como este director después de hacer este peliculón no ha levantado cabeza, con títulos nefastos como 'El Bosque', 'Señales' o la última 'After Earth'. Esperemos que en un futuro no lejano, volvamos a ver un guión, una dirección y una película digna de quien hizo esta obra maestra.
Aunque no llega a ser completamente de terror, tiene algún que otro susto que harán que se te ericen todos los pelos del cuerpo, eso si, mantiene una tensión, un suspense y una intriga durante toda la película que hace que estés, en cierto modo pues el disfrute es máximo, deseando que llegue el final para descubrir de una vez que demonios está pasando.
Decir que Bruce Willis hace un papelón, uno de los mejores de su carrera, desprende una ternura y un brillo en los ojos que conmueve.
En el apartado técnico, el sonido es excelente y la fotografía magnífica. Muy bien realizada y con un gran acabado.
En resumen, una película que si no la has visto no sé que cojones haces leyendo esta crítica y vete ahora mismo a verla, me lo agradecerás. Totalmente imprescindible para cualquier ser vivo...o muerto.