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San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Voto de Fej Delvahe:
6
Western. Aventuras En 1845, un grupo de colonos pioneros recorre el territorio virgen de Oregón guiado por el taciturno Stephen Meek (Bruce Greenwood). En su viaje en busca de la tierra prometida se cruzarán con un nativo americano cuya presencia hará que el grupo se divida: unos depositarán su confianza en el poco fiable Meek, y otros, en cambio, en el que a primera vista podría parecer su enemigo natural: el indio. (FILMAFFINITY)
1 de diciembre de 2011
26 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Meek's Cutoff" se resume en la máxima de Heráclito que he puesto como titular. Porque la película trata sobre el sentido humano, sentido dinámico, sentido cósmico, sentido ligado a la incertidumbre: sentido del esperar. Sí, la tesis de este filme es el esperar.

Todos esperamos algo, continuamente. Vivir, al menos humanamente hablando, es esperar. Faceta que la directora de esta película filma centrándose en un pequeño grupo de colonos de los que a mediados del siglo XIX se aventuraban, marchaban, desde el Este al Noroeste de los EE.UU., a la espera de hallar un lugar donde echar raíces, un lugar que a ser posible tuviera agua, fuera aceptable para vivir y no perteneciera a ningún banco o propietario con dinero en banco.

A Kelly Reichardt le ha salido un filme de lujo, porque un lujo es, y en la actualidad muchísimo más todavía, tener ante nosotros espacio deshabitado, amplitud, luz y silencio. Nada de esto nos lo pueden ofrecer los políticos, por más que se eleven sus sueldos o se inventen un sinfín de necesidades que no necesitamos. De ahí que al contemplar hoy en día una película donde, en lugar de ruido, en lugar de sexo multiplicado por sexo, en lugar de casas, perros y mojones invadiendo la realidad, en lugar de noches controladas por los más vulgares ejemplares de seres humanos que las han convertido en su coto de salvajismo y a la par no dejar dormir al prójimo, en lugar de ambientes ciudadanos enviciados de gentío que son un terror mil veces más terrorífico que el unívoco terrorismo al que los medios de comunicación le han colgado el cartel de terrorismo por excelencia, aquí en esta película nos sumergimos en un espacio natural, deshabitado, amplio, luminoso y silente, donde además las noches son una bendición para el descanso.

"Meek's Cutoff", me ha recordado "Gerry" (USA 2002), aunque por supuesto la obra de Gus Van Sant era mucho más abstracta, desesperante y desconsoladora; mientras que en el filme que hoy analizamos, el esperar, la espera y la esperanza lo impregnan en crucial medida. Incluso esperanza en el sentido teológico, porque esos colonos protagonistas son creyentes en Dios o en lo Divino-Trascendente, y también el indio que en un momento dado se les une, todos ellos en verdad marchan esperando hallar algo, algo más importante, necesario y vital que el oro, con lo cual están dándonos a entender que son personas que cuentan con Dios, ya sea porque piensan que les conduce o porque vela por ellos; si no es seguro al menos conforta creerlo. En definitiva, el argumento es como una pregunta lanzada a los cuatro vientos: ¿A dónde nos conduce Dios? Algo que la filósofa y teóloga, judía y cristiana, Edith Stein y Teresa Benedicta de la Cruz, contestaría: "No lo sabemos, sólo sabemos que nos conduce."

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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