Soy de la opinión que el concepto «matrimonio» debe referirse solo a la unión entre un hombre y una mujer, así ha sido en la historia de España, de Francia, de Gran Bretaña, de Noruega, de Rusia, de China, de Arabia Saudita, de Japón, entre los Siux americanos, entre los pueblos polinesios o entre los zulús africanos, etc., desde siempre en prácticamente todo el mundo, y por supuesto estos países o pueblos nombrados son tan humanos y tienen tanto sentido común como los gobernantes siniestros de la progre España postfranquista, de hecho en desarrollo de libertades y calidad de vida a muchos de ellos no le llegamos ni a la altura de los tobillos.

Que la realidad matrimonial, una institución acordada para un hombre y una mujer desde hace más de tres mil años en todo el mundo y en todas las civilizaciones y pueblos conocidos, esté cuestionada hoy en día en España es simplemente debido a los políticos «destruye-tradiciones» y «destruye comportamientos naturales y filosóficos», propio de socialistas-comunistas además de la grey ideológica asimilada, que se caracterizan por ser «inventores de lo inecesario» para obedecer o ganarse a ciertos grupos de poder que le apoyan y subvencionan como el «lobby gay», el «lobby farmamédico» y otros, hasta el punto de imponerle a los españoles por ley, de la noche a la mañana, que la unión entre un hombre y otro hombre o entre una mujer y otra mujer también es «matrimonio». Dada esa maniática tendencia de los izquierdistas progrenecios en España (autoconvencidos hasta el tuétano de que ellos y ellas son los inventores del progreso, la evolución y el futuro), de buscarle cinco patas al gato u otros animales que sólo tienen cuatro, en el presente tenemos que tragar que matrimonio es todo lo recreado desde la siniestralidad e incluso, ¿por qué no?, ¿quién sabe?, quizás también la unión entre tres hombres o entre tres mujeres, etc.

Pues bien, esta película va sobre dicho tema, de una pareja de cincuentonas lesbianas estadounidenses que viven juntas desde que eran universitarias y se consideran «matrimonio» de facto, que se inseminizaron con esperma anónimo y parieron un par de hijos con los que han formado una familia donde ambas hacen de mamá «papá» y mamá «mamá». El problema aparecerá cuando estos hijos, que han llegado a la adolescencia, deciden buscar al hombre donador del esperma que embarazó a sus madres, esto es, al causante masculino de que ellos hayan podido existir: su verdadero padre biológico y natural aunque nunca le llamen padre.

Resulta una película notable, digna de verse, muy amena e interesante por lo mucho que da a reflexionar sobre el caso expuesto, sobre el concepto de matrimonio y sobre el de pareja de unión sexual y familiar. Sin embargo, a Lisa Cholodenko, guionista y directora de esta historia o filme, se le ve el plumero de sintonizar con la idea de familia o matrimonio donde la figura del hombre es considerada como no necesaria; o dicho de otra manera, se le ve a leguas que simpatiza con la idea de familia donde una mujer puede hacer de madre y la otra de «padre», mientras que al hombre fecundador que «lo parta un rayo», pues éste solo cabe en la historia como «chivo expiatorio» al que introducir en un momento dado para echarle la culpa de todo lo malo que ocurra o pueda ocurrir en lo que por lo visto era una situación «ideal y paradisíaca».

Fej Delvahe