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San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Voto de Fej Delvahe:
10
Drama Randle McMurphy (Jack Nicholson), un hombre condenado por asalto, y un espíritu libre que vive contracorriente, es recluido en un hospital psiquiátrico. La inflexible disciplina del centro acentúa su contagiosa tendencia al desorden, que acabará desencadenando una guerra entre los pacientes y el personal de la clínica con la fría y severa enfermera Ratched (Louise Fletcher) a la cabeza. La suerte de cada paciente del pabellón está en juego. (FILMAFFINITY) [+]
18 de diciembre de 2007
207 de 243 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia es zarandeadora y agita el alma. En una clínica para gente con desequilibrios mentales —¿Y quién no tiene desequilibrios mentales?—, tenemos por un lado al Orden con su enfermera jefe en el papel de creerse la equilibrada por excelencia, como le suele ocurrir a la mayoría de los profesionales titulados de la "salud" y la bata blanca (excelente la interpretación de Loise Fletcher, hasta tal punto, que provoca auténtica tirria) y por el otro al Desorden, un recién llegado, hombre extravertido, que representa al soplo de aire refrescante que levanta los visillos y vuela todas las cosas ordenadas en la casa, ése es Murphy (Jack Nicholson, en el rol que le catapultó a ser uno de los grandes actores de nuestro tiempo).

Y como es obvio, el ORDEN FUNDAMENTALITA AUTORITARIO choca con el DESORDEN LIBERTARIO CUESTIONADOR: nada más llegar Murphy se convierte en el enemigo número uno de la "suave víbora" o enfermera jefe Ratched. Con este comentario de Murphy hacia Ratched, con los pacientes internos de por medio, comienzan las hostilidades entre ambos: «Parecen Udes. mujercitas en torno a las faldas de la abuelita.»

Milos Forman, nos enseña que la Srta. Ratched es el modelo de lo correto reprimido y reprimidor, de lo mortecino científicamente aceptado; y Murphy el modelo de lo contestatario, vivo, la sal gorda y natural (pero curativa) sobre la herida infectada; éste revoluciona a los supuestos enfermos mentales allí residiendo, llevándoselos sin pedir permiso de excursión a la Naturaleza exterior, metiéndoles putas dentro de la clínica (mujeres que al menos les traen libertad, jolgorio, satisfacción y alegría; al contrario de la rígida enfermera de falsa sonrisa, que sólo les da insatisfacción, psicofármacos o frustraciones). Además viendo la "mala leche" que tiene la citada mujer profesional, se puede aprender que las mujeres cuando detentan puestos de poder (esto está ya más que demostrado) no son ni mejores ni peores que los hombres, son exactamente iguales, es decir son igual de inhumanas, soberbias y repelentes como lo puedan ser los más engreídos varones.

También, en el filme aparece el terrorífico método médico del electroshock, terapéutica vengantiva del ORDEN y sus funcionarios a sueldo (de los endiosados de la bata blanca) contra la gente extravertida, rebelde, contestataria, inconforme o que no suele ser convencional. ¡Y ojo!, esta película al mostrar ese método torturador de la medicina fundamentalista cientifista, hizo que mucha gente quedara horrorizada: después de su estreno aumentó el rechazo a la práctica médica de los electroshocks en EE.UU. y descendió drásticamente su utilización.

En resumen, sobre ese "nido del cuco" o de la desolación —porque en el nido que se supone que debía cuidarse a los débiles polluelos lo que se impone es un "cuco-enfermera" que va acabando con ellos uno a uno—, llega volando alguien que trae la alegría, la naturalidad y el desorden vivificante de la existencia.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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