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Voto de Fej Delvahe:
9
2010
7,6
19.375
Documental
Documental sobre las causas y responsables de la crisis económica mundial de 2008, que significó la ruina de millones de personas que perdieron sus hogares y empleos, y que, además, puso en peligro la estabilidad económica de multitud de países. "Inside Job" muestra la escandalosa historia de un “gobierno de Wall Street” y explica cómo la reciente crisis financiera ha sido efectivamente un “inside job” o delito interno colectivo ... [+]
28 de mayo de 2011
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente documental sobre la industria financiera y su poderosísima y delictiva influencia. También sobre la economía acreditada a nivel mundial, sobre el papel casi sacerdotal de ésta en todos los tejemanejes de la política y su evidente culpa en la última crisis financiera occidental. Porque resulta que esta economía, por más que cuente con una venerada acreditación, está corrompida. Es decir, la industria financiera, de hecho, ha corrompido el estudio de la economía en sí.
Charles Ferguson y su equipo nos revela que muchos de los profesores o famosos economistas, que enseñan economía en Princeton, Yale o Harvard, por hablar de tres de las más relevantes universidades estadounidenses y mundiales, suelen recibir a la par mucho dinero como asesores. Es decir, son profesores que no viven de su salario académico, que ganan fortunas calladamente ayudando a financieros a hacer política gubernamental. No pierdan detalle en la entrevista que se le hace a Glenn Hubbard, jefe de economía en la Administración Bush y decano del Columbia Business School, o a otros doctos colegas economistas y profesores de economía en famosas universidades, y observen detenidamente cuál es su reacción cuando se ven cogidos en su propia incoherencia, falta de ética y sobrevalorado economicismo.
El documental es toda una joya ejemplificadora de cómo la economía acreditada, en maridaje incestuoso con la industria financiera, benefica a la clase rentista y financieramente más influyente; dejando claro, además, que su papel no es ni económica ni socialmente neutral.
Viendo este concienciador filme, se comprende por qué la economía acreditada (y casi sacralizada) bendice con tanta dedicación a los más favorecidos social y económicamente hablando, complaciéndoles en lo que desean o necesitan creer. Y esto es esencialmente cierto respecto a la política monetaria. De hecho, la economía acreditada goza de demasiada consideración académica como instrumento para impedir o mitigar la inflación y la recesión, a pesar de que su eficacia es más que discutible.
"Inside Job" nos demuestra como la gran actividad especulativa (y con frecuencia delictiva) de los bancos comerciales y cajas de ahorro, podría haberse evitado con una actuación reguladora oportuna y responsable. Por ejemplo, impidiendo los excesos especulativos de estas entidades, mediante una regulación escrupulosa (algo que era posible y práctico al mismo tiempo). De esta manera no habría existido ninguna necesidad de la enorme intervención posterior, infinitamente más costosa, para salvar a esas instituciones. A estos estafadores y desalmados de los bonos basura, podría habérsele puesto coto a mucho menos coste con una regulación a tiempo y no con las acusaciones posteriores de actuación ilegal.
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Charles Ferguson y su equipo nos revela que muchos de los profesores o famosos economistas, que enseñan economía en Princeton, Yale o Harvard, por hablar de tres de las más relevantes universidades estadounidenses y mundiales, suelen recibir a la par mucho dinero como asesores. Es decir, son profesores que no viven de su salario académico, que ganan fortunas calladamente ayudando a financieros a hacer política gubernamental. No pierdan detalle en la entrevista que se le hace a Glenn Hubbard, jefe de economía en la Administración Bush y decano del Columbia Business School, o a otros doctos colegas economistas y profesores de economía en famosas universidades, y observen detenidamente cuál es su reacción cuando se ven cogidos en su propia incoherencia, falta de ética y sobrevalorado economicismo.
El documental es toda una joya ejemplificadora de cómo la economía acreditada, en maridaje incestuoso con la industria financiera, benefica a la clase rentista y financieramente más influyente; dejando claro, además, que su papel no es ni económica ni socialmente neutral.
Viendo este concienciador filme, se comprende por qué la economía acreditada (y casi sacralizada) bendice con tanta dedicación a los más favorecidos social y económicamente hablando, complaciéndoles en lo que desean o necesitan creer. Y esto es esencialmente cierto respecto a la política monetaria. De hecho, la economía acreditada goza de demasiada consideración académica como instrumento para impedir o mitigar la inflación y la recesión, a pesar de que su eficacia es más que discutible.
"Inside Job" nos demuestra como la gran actividad especulativa (y con frecuencia delictiva) de los bancos comerciales y cajas de ahorro, podría haberse evitado con una actuación reguladora oportuna y responsable. Por ejemplo, impidiendo los excesos especulativos de estas entidades, mediante una regulación escrupulosa (algo que era posible y práctico al mismo tiempo). De esta manera no habría existido ninguna necesidad de la enorme intervención posterior, infinitamente más costosa, para salvar a esas instituciones. A estos estafadores y desalmados de los bonos basura, podría habérsele puesto coto a mucho menos coste con una regulación a tiempo y no con las acusaciones posteriores de actuación ilegal.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Con razón oímos decir a Andrew Sheng, Jefe de Asesores de la Comisión Reguladora de Bancos de China, que en Occidente no se hace el necesario control regulador, sino todo lo contrario, se ha consentido y se sigue consintiendo que haya “enormes ganancias privadas y enormes pérdidas públicas.”
Además, nos enteramos como incluso el propio Barack Obama, “justo antes de las elecciones de 2008 y también poco después de llegar al poder, señaló la avaricia de Wall Street y las fallas reguladoras como ejemplos de la necesidad de cambiar la cultura de Wall Street; pero resulta que al implementarlas a mediados de 2010, dichas reformas financieras fueron muy débiles; y en varias áreas críticas, incluyendo agencias calificadoras, cabildeo y compensación no se propuso nada significativo; de manera que la reforma reguladora de Obama resultó vana, no reformó nada, porque al fin de cuenta el gobierno de Obama también es un gobierno de Wall Street”, explica Robert Gnaizda, es director de Greenlining Institute.
En definitiva, es obvio que de los directores de empresa, que administran (no su dinero sino el dinero ajeno) no se puede esperar que controlen y administren el dinero con la misma atención constante con que los socios de una sociedad limitada suelen controlarlo. En consecuencia, prevalecerán siempre la negligencia y el derroche, en mayor o menor grado, en la gestión de los negocios de una empresa de este género. Esto lo entiende hasta los aficionados al botellón, porque a fin de cuentas es obvio incluso para el más descerebrado que "quien gusta de trasnochar no gusta de madrugar".
Fej Delvahe
Además, nos enteramos como incluso el propio Barack Obama, “justo antes de las elecciones de 2008 y también poco después de llegar al poder, señaló la avaricia de Wall Street y las fallas reguladoras como ejemplos de la necesidad de cambiar la cultura de Wall Street; pero resulta que al implementarlas a mediados de 2010, dichas reformas financieras fueron muy débiles; y en varias áreas críticas, incluyendo agencias calificadoras, cabildeo y compensación no se propuso nada significativo; de manera que la reforma reguladora de Obama resultó vana, no reformó nada, porque al fin de cuenta el gobierno de Obama también es un gobierno de Wall Street”, explica Robert Gnaizda, es director de Greenlining Institute.
En definitiva, es obvio que de los directores de empresa, que administran (no su dinero sino el dinero ajeno) no se puede esperar que controlen y administren el dinero con la misma atención constante con que los socios de una sociedad limitada suelen controlarlo. En consecuencia, prevalecerán siempre la negligencia y el derroche, en mayor o menor grado, en la gestión de los negocios de una empresa de este género. Esto lo entiende hasta los aficionados al botellón, porque a fin de cuentas es obvio incluso para el más descerebrado que "quien gusta de trasnochar no gusta de madrugar".
Fej Delvahe