La castración y la tortura a la que estuvo sometida ¡Agáchate, maldito!, En la sala de montaje y vete tu a saber si por las jodidas autoridades llamadas a censurar, mermaron muchísimo a esta obra del grandísimo director romano.
Dura dos horas y media, aún así hay partes confusas, saltos en la trama demasiado evidentes, y esos pozos negros directos al olvido son los que han conseguido que la película esté considerada un pequeño fracaso.
Hay calidad y mucha, eso se nota en cada rincón de la obra, y la trama pese a todo, es muy buena, al igual que los magníficos personajes y la siempre memorable música de Morricone.
Hace falta y con urgencia, una renovación del clásico y que salga a la luz el material que dejaron a trozos en la cueva, ojalá se reedite de nuevo como se merece.