Gran ejemplo de screwball-comedy, con el encanto inconfundible de un cine añejo basado en diálogos, enredos y brillantes encadenados. La tenía pendiente desde hace mucho y me ha conquistado su torbellino de situaciones estrafalarias y tronchantes. Es cierto que algunos chistes son fruto de la coyuntura, pero no por ello deja de tener su encanto gracias a unos diálogos lúcidos y chispeantes. Los actores están superlativos, Cary Grant en uno de sus papeles estelares. Las viejecitas aportan su punto de humor negro. Raymond Massey ha sido todo un hallazgo, su personaje es genial y su caracterización es uno de los grandes "gags" de la función (Boris Karloff interpretó este personaje en Broadway durante años y no pudo hacer lo propio en su adaptación al cine). Este actor encarnó un par de veces a Lincoln en el cine gracias a su peculiar físico, además de trabajar para Fritz Lang, King Vidor, James Whale, Elia Kazan, Cecil B. De Mille... Casi nada. Indudablemente, una de las cimas del género.