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Voto de Etreant:
8
7,6
8.037
Animación. Drama. Fantástico
Cuando era poco más que una adolescente, Hana se enamoró de un Hombre Lobo. Puede parecer extraño, pero durante años fueron inmensamente felices, y tuvieron dos hijos: Yuki y Ame, que nacieron también con la capacidad de convertirse en lobos. Tras la repentina muerte de su compañero, Hana decide mudarse al campo para así criar a sus hijos en un entorno tranquilo, donde sus extraordinarias facultades no sean descubiertas. Sin embargo, al ... [+]
1 de mayo de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos conocimos a Hosoda por las excelentes Toki wo kakeru Shoujo y Summer Wars -que tanto debe a esa película de Digimon que dirigió el propio Hosoda-, filmes que no tardaron en acaparar diversos galardones y reconocimientos gracias a su impecable factura técnica y riqueza argumental. Con las citadas películas, el director se hizo un nombre en el mundillo de la animación, y no es para menos. Dados estos antecedentes, esperaba bastante de Ôkami Kodomo no Ame to Yuki, que viene a confirmar que Hosoda es un director muy a tener en cuenta.
Con un recurso -que el director maneja a la perfección durante todo el metraje- como es la relación de una mujer humana y un hombre lobo, Hosoda ahonda en dilemas como la búsqueda de identidad o la aceptación de uno mismo, muy palpables en los hijos de la protagonista, a los que su madre no sabe cómo criar -ya se pueden imaginar ustedes-. A esta sencilla metáfora, que ilustra las vicisitudes del día a día que podría atravesar casi cualquier familia -aquí la familia vuelve a cobrar una importancia capital, como ya sucedía en Summer Wars- y funciona a las mil maravillas súmenle una magistral y preciosa animación y una banda sonora a la altura. La pega es que la lentitud del desarrollo provoca que se pierda el interés en ciertos tramos, pero se pueden contar con los dedos de una mano.
Con un recurso -que el director maneja a la perfección durante todo el metraje- como es la relación de una mujer humana y un hombre lobo, Hosoda ahonda en dilemas como la búsqueda de identidad o la aceptación de uno mismo, muy palpables en los hijos de la protagonista, a los que su madre no sabe cómo criar -ya se pueden imaginar ustedes-. A esta sencilla metáfora, que ilustra las vicisitudes del día a día que podría atravesar casi cualquier familia -aquí la familia vuelve a cobrar una importancia capital, como ya sucedía en Summer Wars- y funciona a las mil maravillas súmenle una magistral y preciosa animación y una banda sonora a la altura. La pega es que la lentitud del desarrollo provoca que se pierda el interés en ciertos tramos, pero se pueden contar con los dedos de una mano.