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España España · Sevilla
Voto de Zepheidas:
9
6,3
2.077
Intriga. Terror. Comedia. Animación En esta película realizada con cacahuetes como personajes, un prestigioso ilustrador de cuentos infantiles es contratado por el director de un MANIcomio. Su misión allí será decorar las paredes con sus dibujos, para mejorar el ambiente del lugar. Parece un trabajo fácil, pero las cosas se complican cuando el dibujante descubre un oscuro pasillo tras el que se escuchan unos gritos escalofriantes... (FILMAFFINITY)
1 de septiembre de 2011
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Le tengo un cariño especial a esta peliculilla. Una quedada entre amigos de lo más friki apiñados a oscuras alrededor de una pantalla enana apremiados por la enigmática sonrisa del que nos la recomendaba. No sabíamos NADA de ella, y conociéndolo(al de la sonrisa), al ver aparecer la primera marioneta más cutre que un calcetín con botones por ojos que he visto nunca le perdimos el respeto y pronto la reunión era un concurso de bromas en voz alta. Éramos un público de lo más difícil durante los primeros minutos, pero esa atmósfera oscura y espeluznante, esas voces deliciosas, (que conseguían aún no me explico cómo, una tensión y un misterio altísimos si tenemos en cuenta que no abandonaban ese tonillo dulcemente sobreactuado tan típico en doblajes infantiles de marionetas) nos hizo sumisos cual corderillos antes de que ése siniestro autobús llegase a su destino. No entiendo muchas de las críticas negativas que fingen una sorpresa negativa o hablan de lo cutre de todo o "de fallos" como los raíles. La película no esconde ya desde el primer momento lo que para algunos es cutre, para mí es simplemente otro modo de narrar. No es un Stop-motion mal hecho, es un espectáculo de marionetas maravillosamente cuidado donde no se pretende ocultar en ningún momento los movimientos torpes y nerviosos que nos hacen pensar, si no somos muy ingenuos, en una mano debajo... ¿qué tiene eso de malo?
Aun así, la cinta es completamente consciente de la reacción del espectador, y se ríe de sí misma. Nos quita los prejuicios que nos causarían unos cahuetes tomándose a sí mismos demasiado en serio, nos bajan la guardia y antes de darnos cuenta nos han metido en el clímax y nos hacen pasar miedo. Un poquito, el justo para quitarse el sombrero.
En fin, para mí el buen cine se caracteriza por la habilidad del director por llevarnos de la mano por su propio camino y hacernos sentir exactamente lo que quiere que sintamos. En este sentido, esta pequeña joya es una apuesta arriesgadísima, que consigue exactamente lo que se propone.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Zepheidas
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