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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de darth_matu:
9
Drama Ambientada en 1953, narra el enfrentamiento real que, en defensa del periodismo independiente, mantuvieron el famoso periodista y presentador de la CBS Edward R. Murrow (David Strathairn) y su productor Fred Friendly (George Clooney) contra el poderoso senador anticomunista Joseph McCarthy, hecho que determinó el final de la "caza de brujas". (FILMAFFINITY)
20 de febrero de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alguien dijo alguna vez que la historia universal, la de los hombres y sus acontecimientos no debía ser estudiada, contemplada con una cronología lineal, recta, uniforme, sino como un flujo de hechos y personajes circular, cíclico, por ende repetitivo. Lo que ayer sucedió mañana se repetirá, no en sus idénticos actores ni locaciones, ni siquiera en sus mismos contextos mundiales sociales y culturales, pero si en su concepto, en su esencia. Es así que lo que 60 años atrás fue persecución, paranoia e instalación del temor, una limitación de las libertades individuales y de la libre profesión de culto o creencias, como lo denunció estoicamente Edward Murlong, interpretado deliciosamente sobrio por David Strathairn, 500 inviernos antes en el continente europeo fue una caza de brujas contra las mujeres que por el banal indicio de rumores, comentarios y chimentos eran acusadas y ejecutadas en la cruel hoguera de participar en extrañas reuniones y practicar el uso de actividades paranormales, con el solo fin de restringir un esbozo de liberalismo femenino y continuar con una indiscriminada sumisión que las obligaba a agachar la cabeza ante el maltrato del hombre y la aceptación de crueles normas y reglas que la colocaban en un escalafon inferior en la creación. Aunque hoy la hipócrita opinión pública la conciba como practicas medievales, una demostración de una sociedad irracional y bárbara que quedo en el pasado, el control de las masas y de los individuos a la vez hoy continua su efectiva labor. Luego del 9/11 millones de personas fueron y son monitoreadas a través de la internet y las fotos satelitales con el fin de develar aquellos que planean en los distintos países de occidente organizar ataques terroristas. Esto, en su punto justo no seria una mala medida, pero tal como en la década de los 50 dicho control atravesó las barreras de lo tolerable y todo aquel con rasgos árabes o vestimentas no convencionales, costumbres distintas y opiniones diferentes es considerado digno de revisión y claramente controlado, perseguido, acosado con el fin de someterlo a la irremediable asimilación y adaptación del individuo con la sociedad que lo rodea o su expulsión definitiva. De esta manera, la denuncia de Murrow, la cual útilmente restringió al paranoico y totalmente xenofóbico senador McCarthy, se vuelve contemporánea hoy día y aplicable a las prácticas de George W. Bush y Jean-Marie Lepan, entre otros, actuales figuras representativas de una elite que se sucede en sus tradiciones a lo largo de la historia y como siempre ha buscado controlar, sofocar los movimientos masivos e independientes de los estratos menores de la escala social. Lo mas triste es que se repitan los opresores pero no los idealistas, los buscadores de la verdad, los informantes de pura cepa, los apasionados de la igualdad, en fin los Edward Murrow, una especie en extinción por causa de su anunciada concentración de los medios en las pocas manos que los grupos corporativos representan.
darth_matu
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