Está funcionando muy bien el boca a boca con esta película, y no es para menos.
Inteligente, humana y veraz son sus principales cualidades, aparte de unos protagonistas tan carismáticos como la química que hay entre ellos.

Desde el principio, cuando leemos un par de frases demoledoras, ya intuimos que la película se desvincula de los principales tópicos de su género, lo cual es de mucho agradecer.
La implicación con el espectador es máxima, sobretodo el sector masculino se verá reflejado en más de una ocasión en los pensamientos y acciones de Tom. Pero no creo que por esto esté dirigida exclusivamente a un sector varonil, sino que se trata desde su punto de vista, pero el relato y el tema tratado es universal y a todos nos afecta.

La diferencia entre las espectativas y la realidad, los días de bajón y los de euforia, los momentos señalados, los recuerdos idealizados, las depresiones y los rayos de luz tras la tormenta. Las historias de amor que no es que terminen, sino que nunca empezaron.
Y es que al fin y al cabo la vida no es más que un ciclo, donde detrás del verano llega el otoño, donde las canciones tienen nombre de mujer y el destino está escrito en papel de fumar.

Si odias las tarjetas de felicitaciones prefabricadas, las palabras vacias de emoción y que una película te diga "esto es amor"; si eres de los que regalas tu reino por una sonrisa, ésta es tu película.