Era menester (casi obligación), realizar un análisis de "Orange is the New Black", una de las series más galardonadas de Netflix y a mi gusto, debería estar en cualquier top tres de lo que ha realizado esta firma. Jenji Kohan y su equipo nos crea un universo grandísimo, donde sabemos que la historia gira en torno de Piper, sin embargo, me atrevería a decir que deliberada y de una forma genial, rota el protagonismo de la historia casi en cada capítulo. Lo anterior se sustenta en que, a pesar de que son muchos personajes, a todos los recordamos, de todas sabemos sus más oscuros secretos, desde la misma Piper Chapman hasta Janae Watson, por ejemplo.

Desde la historia más sencilla hasta la más compleja, combinando ese drama personal de cada personaje con una problemática social que confluye en un universo muy grande, en el cual cabe cualquier tipo de sentimiento. La historia se desarrolla con cada personaje que nos hace ver una actuación muy natural, cada una con una forma de interpretación bastante pintoresca nos hace sentir esa empatía y repito, no hay personajes secundarios.

No tengo en la cabeza una termporada mala, las siete se mantienen en un nivel bastante alto, a pesar de que cada una tiene 13 capítulos, son facilmente "digeribles". Todos estos componentes me van a hacer extrañar mucho a todas las reclusas y a cada drama que representan.

Por otra parte encontramos el humor, el adecuado humor que maneja la serie, inteligentemente ubicado en medio de cada drama y unos "flashbacks" bastante acertados, sin ellos tal vez no hubiéramos entendido más de un proceder de nuestras personajes. Técnicamente, no tiene grandes hallazgos, es dinámica pero sin extravagancia y supongo que esa era su pretención desde el comienzo.

Es necesario que se den una pasada, con mucha paciencia (por lo larga), pero que al final les va a sacar una que otra lagrima como me conmovió a mi. Muy recomendada.