Espero que no hayan visto el documental en el canal cuatro porque, incomprensiblemente, lo han simplificado a 50 minutos por los 110 que dura el metraje original, centrando más la atención a los asuntos escabrosos y/o excéntricos de Michael. La versión reducida no se merece ni un 4. Nominado al premio nobel de la paz, solidario, sensible y con sus rarezas como cualquier ser humano, para mí, vivió como quiso y murió como nadie lo desea. Siempre nos quedará el beneficio de la duda y la presunción de inocencia (también para sus presuntos asesinos) hasta que se demuestre lo contrario. Lo que no cabe duda, es que era un artista como la copa de un pino. Nunca le olvidaremos. Gracias y saludos a todos.