Cuando uno se acerca a una película de estas características, sabe de antemano que no va a ver una obra maestra. Nadie esperaría una cosa así. Lo que sí espera el sufrido espectador al abonar el importe (nada módico) de su entrada, es ver al menos una historia con unos buenos efectos especiales puestos al servicio de un guión que cumpla unos minímos de coherencia y cohesión, para pasar una agradable y entretenida hora y media. Pues bien, en ´Monstruoso´sólo se cumple lo primero. Unos efectos espectacularmente realistas, probablemente los mejores vistos hasta el momento. Hasta aquí los elogios. Pero, por desgracia, entra en escena el ´´guionista´´, un iluminado que responde al nombre de Drew Goddard (dudo que guarde parentesco con Jean Luc Godard) que perpetra uno de los peores guiones de la historia del cine en general, y de la ciencia ficción en particular. Plagado de despropósitos, el espectador asiste incrédulo a este alarde de arbitrariedades que es el libreto firmado por el mentado individuo, que debe ser de la panda televisiva de Abrams, porque de otro modo es incomprensible su elección. Da escalofríos pensar el cheque que cobraría el bueno de Drew por dotar a esta historia de unos personajes estúpidos y vacíos hasta decir basta, que toman decisiones absurdas, que reaccionan ante cosas como la muerte de amigos y familiares como si hubiesen perdido la cartera y que hacen gala de poseer menos vocabulario que los propios monstruos. La trama transcurre sin ningún rigor, con ciertos momentos indignantes y otros, simplemente, sonrojantes. Además, tiene el dudoso mérito de ser más irrisoria a medida que avanza, llegando a unos últimos diez minutos que agotan la paciencia de los pocos espectadores que no la habían perdido ya. ´¡Que nos devuelvan el dinero!´, gritaba indignado un muchacho sentado unas butacas más atrás que la mía. No le faltaba razón, pero Abrams ya estará demasiado ocupado pensando en que invertirá los cuantiosos beneficios que está sacando, como para atender esta loable petición.