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España España · Barcelona
Voto de rober:
6
Drama. Aventuras Siglo XIII. Relato épico sobre el príncipe Alexander Nevsky, que defendió victoriosamente el norte de Rusia del ataque de los teutones: la batalla se libró sobre la superficie helada del lago Peipus. También tuvo que hacer frente a la invasión de Rusia por el ejército mongol dirigido por Gengis Khan. (FILMAFFINITY)
24 de enero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es mi película favorita de Eisenstein, aunque se le deben reconocer muchos méritos. No merece la pena extenderse en el tono panfletario de la peli, que a día de hoy resulta casi ingenuo, pero sí es cierto que ese afán por adoctrinar a las masas hace que esta obra pierda parte de su fuerza dramática, y que su tono deliberadamente épico nos suene muy edulcorado. Y ello a pesar de que Eisenstein busca impresionar al espectador mediante escenas explícitamente dramáticas (matanza de niños). La dirección de actores deja bastante que desear. Es obvio que Eisenstein se sentía más cómodo rodando escenas de masas que desarrollando un personaje de modo tradicional, haciéndolo evolucionar a lo largo de un argumento. Los diálogos son planos y excesivamente artificiales, casi ampulosos en busca de ese tono grandilocuente que lo invade todo.

Dicho ello, no puede negarse la belleza de la mayoría de sus planos. A día de hoy puede parecer una tontería, pero me parece increíble que en el año 1938 se pudiese rodar una película con tantas escenas de multitudes, nada menos que batallando de un modo sangriento, y que resulten dramáticas incluso a día de hoy. Actualmente, las escenas de multitudes siguen siendo una asignatura pendiente para muchos directores, y Eisenstein ya se movía como pez en el agua hace 75 años. En ese sentido, la película marca una cota muy difícil de superar. Aquella generación de cineastas soviéticos no se ha vuelto a repetir, quizá no se repita nunca. Es otro modo de concebir el cine. Destaco también la fuerza impactante de los escenarios (la ciudad, el lago helado...) y el juego constante de los símbolos (las imágenes religiosas, el clero, los trajes de los soldados, los cascos...). También destaca el ejército entendido no como instrumento del poderoso o del gobernante, sino como un gran ente colectivo con alma propia (materialización de la voluntad del pueblo), compuesto por los pequeños seres que se sacrifican y luchan de un modo gregario en pos de un objetivo común y superior: la defensa de su identidad.

En otros sentidos, la película ha envejecido peor. El recurso a la cámara rápida repele al espectador de hoy, aunque en su época, seguramente, sería la repera. La música de Prokofiev es una obra maestra por sí sola, aunque no siempre casa bien con las escenas. Al menos, ésa es mi opinión, que quizá pueda estar condicionada con la calidad de la copia que he visto...

En fin, "Alexander Nevsky" es una película que debe verse si se quiere entender el cine en su conjunto. Es muy disfrutable en buena parte de su metraje, pero está demasiado condicionada por su vocación de adoctrinamiento a un público casi analfabeto en la URSS de los años 30, y que por ello no ha aguantado del todo bien el paso del tiempo.
rober
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