Debo comenzar diciendo que siempre me han gustado los personajes marginales, identificándome con aquellos que viven y habitan, aunque sea en ciudades, al margen de los convencionalismos imperantes.

Dicho lo cual, y sin conocer las razones... no me atraía ver CAPTAIN FANTASTIC; lo entendí cuando por fin me enfrenté a ella. En su poder tenía todos los mimbres para tejer una de esas historias atractivas de rebeldes insurgentes que habitan desmandados, donde les place.

Los primeros minutos me parecieron excesivos, por las explícitas y violentas imágenes de supervivencia; donde unos chiquillos capitaneados por su padre, Viggo Mortensen; que con actitud dictatorial e impositiva, conduce a sus hijos con firmeza, en un entramado vital... bastante cuestionable. Añado nuevamente que me atraen los insumisos. Aquí vi poco de supervivencia vital, y si bastante de secta sediciosa.

A medida que avanza, se aleja de la extrema dureza inicial, abarcando emociones mucho mas reales y complacientes.