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Voto de JOOOSEEPH:
9
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3.424
Drama. Comedia
Obra maestra donde Jean Vigo (muerto a los 29 años con tan sólo cuatro películas en su haber) retrata sus recuerdos infantiles a través de la historia de cuatro jóvenes estudiantes franceses que, sujetos a un estricto régimen escolar, deciden rebelarse contra la institución. Filme prohibido en Francia en su estreno por su presunto mensaje antipatriótico. (FILMAFFINITY)
1 de diciembre de 2005
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que puede costar un poco porque es casi muda, y toda su riqueza está en sus imágenes, que llevan el peso de la confusa y un tanto caprichosa narración.
A pesar de la inocente cancioncilla que suele acompañar las travesuras de los chicos, hay poca o ninguna inocencia en esta película. Escasos diálogos e imágenes sumamente ponzoñozas (recuerdo que quedé boquiabierto cuando observé que, en el "acto" que se hace al final, el enano director y su séquito se sientan en las gradas y detrás de ellos hay unos muñecos absurdamente toscos; una mueca para las "jerarquías verticales" de la ¿vieja escuela?), oníricas (los primerísimos planos parecen de pesadilla), desagradables (la mano del gordo y sudoroso profesor sobre la mano del héroe Tabard) y otras que llenan el corazón (la pelea de almohadas y la "marcha revolucionaria" bajo la lluvia de plumas). Éstas y muchas otras imágenes son las que realmente llenan la película de significado.
Curiosa la manera en que finalmente se desata la rebelión: los vándalos principales (Bruel, Colin, Caussat) son instigadores sin éxito, los más valientes en un barril de pólvora a punto de estallar; no es sino hasta la violenta reacción de Tabard (que en un principio, efectivamente parece una niña) que la revolución estudiantil puede tener éxito...¿Reflejo de la Historia, de los procesos revolucionarios históricos?
A pesar de la inocente cancioncilla que suele acompañar las travesuras de los chicos, hay poca o ninguna inocencia en esta película. Escasos diálogos e imágenes sumamente ponzoñozas (recuerdo que quedé boquiabierto cuando observé que, en el "acto" que se hace al final, el enano director y su séquito se sientan en las gradas y detrás de ellos hay unos muñecos absurdamente toscos; una mueca para las "jerarquías verticales" de la ¿vieja escuela?), oníricas (los primerísimos planos parecen de pesadilla), desagradables (la mano del gordo y sudoroso profesor sobre la mano del héroe Tabard) y otras que llenan el corazón (la pelea de almohadas y la "marcha revolucionaria" bajo la lluvia de plumas). Éstas y muchas otras imágenes son las que realmente llenan la película de significado.
Curiosa la manera en que finalmente se desata la rebelión: los vándalos principales (Bruel, Colin, Caussat) son instigadores sin éxito, los más valientes en un barril de pólvora a punto de estallar; no es sino hasta la violenta reacción de Tabard (que en un principio, efectivamente parece una niña) que la revolución estudiantil puede tener éxito...¿Reflejo de la Historia, de los procesos revolucionarios históricos?