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España España · Barcelona
Voto de Hector:
10
Drama. Intriga Siglo XIX. A través de un viaje de Portugal a Francia, Italia e incluso Brasil, asistimos a una vorágine de aventuras y fugas, coincidencias y revelaciones, romances, pasiones violentas y venganzas. En Lisboa, una ciudad llena de intrigas e identidades falsas, varios personajes están vinculados de una u otra manera al destino de Pedro da Silva, un huérfano que vive en un internado: el padre Dinis, un descendiente de aristócratas ... [+]
12 de noviembre de 2023
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Nos encontramos ante una obra mayor. Dos bazas fundamentales: la primera, una historia densa y profundamente hipnotizante que revela la grandeza de la novela original; la segunda, una magistral dirección de Raoul Ruiz, impregnando la narración con un estilo único, austero en el plano narrativo, ascético, sobrio, con presencia del plano visual y cuyos diálogos sólo acompañan en lo preciso. Desde este punto de vista cine puro, desprovisto de todo artilugio y brillante en su esencia.

Si tuviera que hacer cine lo haría con los mismos recursos de realización que se muestran en el film. Movimientos circulares suaves y precisos; movimientos lentos de cámara sólo al servicio de la plasticidad en la visualización de la escena, y que al mismo tiempo le confieren dinamismo. (Nada que ver con los movimientos de acercamiento continuo de algunas realizaciones, que sólo fuerzan un dinamismo pero carentes de estilo); otras escenas centradas, sin complejo, con leves movimientos de cámara; los travellings siempre justificados. Cuando nada es necesario, planos estáticos. Los movimientos de los personajes dentro de la escena perfectamente sincronizados con los movimientos de la cámara. Todo está estudiado y trabajado en detalle. En definitiva una puesta en escena magistral.

Muchos recursos a destacar presentes en el film. La iluminación en clave baja usada para las escenas de mayor dramatismo; la filmación de cuadros clásicos de pintura que acompaña a algunas escenas, como elementos añadidos de estética y dramatismo; en algunas escenas, unas con voz en off narrativa, y otras normales, se visualiza un teatrillo de cartón con personajes que simulan la representación de la escena que está ocurriendo, como en otro universo ficticio paralelo. Simplemente genial. En conclusión, Raoul Ruiz combina en su film otros mundos culturales diferentes al cinematográfico.

La música da el colofón, envolviendo todo el film de principio a final. Jorge Arriagada compone una fantástica banda sonora en total consonancia con la apuesta estilística y el drama narrado. Al igual que todos los demás elementos, solo al servicio de la historia. Sin alardes, y quizás sin una melodía que se quede para la historia, pero sin duda esencial para la concepción del film.

Los actores, quizás no aporten interpretaciones sobresalientes, pero son perfectos en su papel dentro de un entorno estilístico austero, y sobre todo están magistralmente dirigidos. Los personajes están bien configurados y perfilados, quedándose en la memoria del espectador, por su trascendencia dramática en la historia. Ninguno es superfluo. Quizás solo los bandidos son algo exagerados, aunque encajados en su época.

El guion es cinematográficamente excelente, no sobra nada, cada escena es una aportación deleitosa en la historia narrada. Sorprende, a pesar de la sencillez del hilo dramático, que en numerosas ocasiones el drama envuelve de tal manera que el espectador no entiende conscientemente algunos detalles del tempo narrativo y de lo personajes. Es un film que requiere de segundas visiones, ya que la atmósfera creada por Raoul Ruiz es tan elevada, que llega hasta despistar al espectador en algunos momentos dramáticos, pero es una confusión sólo onírica y de éxtasis estético.

Con todo ello, solo concluir que estamos, francamente, ante una obra única y magistral.
Hector
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