Una película de terror independiente canadiense que dio que hablar en el pasado Festival de Sitges con secuencias inquietantes fantasmagóricas y escenas orinicas fue "Come True", una exploración de porque se producen las pesadillas desde un punto de vista científico a una chica joven que padece trastornos del sueño.

Sarah es una adolescente con pesadillas recurrentes, que se apunta a participar en un estudio del sueño por la sencilla razón de que necesita un lugar donde dormir, con su madre se lleva fatal y pasa las noches durmiendo al aire libre o en casa de amigas. Padece un desequilibrio grave con pesadillas que comenzaran en el estudio a crear problemas... 

Al capturar imágenes de sus sueños aparecen figuras inquietantes que comienzan a generar sensaciones muy incómodas entre los científicos. Algo que el espectador identifica también, ya que todos hemos pasado por pesadillas que cuando despiertas de ellas sientes un gran alivio.

La protagonista es Julia Sarah Stone compone un personaje vulnerable, nervioso y fatigado, al que seguimos con bastante interés. No cuaja tanto la trama secundaria del investigador interpretado por Landon Liboiron que se enamora de la adolescente y que termina acosandola.

Rodada con muy poca luz, tonos azulados y una música electrónica ochentera el director Anthony Scott Burns nos sumerge en esta historia abstracta de alucinaciones con un resultado bastante aceptable.
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