Media votos
5,6
Votos
449
Críticas
125
Listas
5
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Luth:
7
7,3
33.427
Intriga. Drama
Martin Vail (Richard Gere), un ambicioso abogado de Chicago, es capaz de aceptar cualquier caso con tal de salir en la prensa. Un día decide ocuparse de uno que parece imposible de ganar: la defensa de Aaron (Edward Norton), un joven que es acusado del asesinato del arzobispo de Chicago, tras ser detenido mientras huía del escenario del crimen. (FILMAFFINITY)
9 de diciembre de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
Primal Fear, en España: Las dos caras de la verdad, película estadounidense de 1996.
Interesante reflexión sobre lo difícil que es impartir justicia en un "combate" donde todos los contendientes usarán el máximo de su talento, no para esclarecer la Verdad, sino para derrotar a sus adversarios y satisfacer sus propios intereses personales y profesionales. Pero no se trata solo de una competición, se está poniendo en juego algo mucho más sutil, impredecible y opinable como es el propio concepto de lo que es justo e injusto.
El argumento de esta estupenda película narra el homicidio de un alto cargo eclesiástico con turbios asuntos detrás de su persona que salen a la luz cuando el eficiente abogado Martin Vail (Richard Gear) tiene que defender a un joven monaguillo llamado Aaron (Edward Norton) porque son la desgarradora base emocional sobre la que establecer la defensa del acusado de este crimen. A su vez, el poder social y político del muerto genera el apoyo incondicional de los elementos de poder ligados a su figura, entre los que se incluye la fiscal Janet Venable (Laura Linney) que, literalmente, se juega su puesto de trabajo si el resultado del juicio no es el esperado.
El juicio es un doble o nada para ambos, Vail vs Venable y para quienes tienen intereses enfrentados entorno al poder, la poderosa Iglesia Católica y sus ramificaciones políticas frente a los abusos sexuales que sufre Aaron, su novia y otro monaguillo, grabados en vídeo para satisfacer las perversiones sexuales del finado.
Interesante reflexión sobre lo difícil que es impartir justicia en un "combate" donde todos los contendientes usarán el máximo de su talento, no para esclarecer la Verdad, sino para derrotar a sus adversarios y satisfacer sus propios intereses personales y profesionales. Pero no se trata solo de una competición, se está poniendo en juego algo mucho más sutil, impredecible y opinable como es el propio concepto de lo que es justo e injusto.
El argumento de esta estupenda película narra el homicidio de un alto cargo eclesiástico con turbios asuntos detrás de su persona que salen a la luz cuando el eficiente abogado Martin Vail (Richard Gear) tiene que defender a un joven monaguillo llamado Aaron (Edward Norton) porque son la desgarradora base emocional sobre la que establecer la defensa del acusado de este crimen. A su vez, el poder social y político del muerto genera el apoyo incondicional de los elementos de poder ligados a su figura, entre los que se incluye la fiscal Janet Venable (Laura Linney) que, literalmente, se juega su puesto de trabajo si el resultado del juicio no es el esperado.
El juicio es un doble o nada para ambos, Vail vs Venable y para quienes tienen intereses enfrentados entorno al poder, la poderosa Iglesia Católica y sus ramificaciones políticas frente a los abusos sexuales que sufre Aaron, su novia y otro monaguillo, grabados en vídeo para satisfacer las perversiones sexuales del finado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Si ya de por sí el argumento que nos presenta Gregory Hoblit es motivador, el giro final de la película nos dejará un regusto inesperado que detallo en zona spoiler. Hoblit fue uno de los artífices de la exitosa serie de tv Canción triste de Hill Street, también de la Ley de Los Angeles o de películas como Fallen, Las dos caras de la verdad, Frequency, etc.
Una de las cosas que hacen que Primal Fear sea aún más interesante es la pirueta argumental con que concluye el juicio. Final inesperado, de los que deleitan pues la propia lucha de poder desarrollada en el juicio (parte central de la cinta desde el punto de vista del guion) era ya lo suficientemente atractiva para que la película tuviera valor pero se acrecienta aún más cuando descubrimos que el exitoso y brillante Vail ha sido engañado por una argucia de Aaron que consigue teatralizar una supuesta doble personalidad (falsa, obviamente) para librarse del castigo por su premeditado, alevoso y morboso crimen.
Para el espectador, acostumbrado a ver en tantas películas que el protagonista, actor estrella y carismático como es el caso de Richard Gere, sale victorioso en la trama y sobre todo moralmente, esta vez, termina humillado por la maligna astucia de un personaje funesto y calculador, con excelente interpretación de un jovencísimo Edward Norton que lo engaña a él y a todo el Sistema, consiguiendo un crimen perfecto.
Una de las cosas que hacen que Primal Fear sea aún más interesante es la pirueta argumental con que concluye el juicio. Final inesperado, de los que deleitan pues la propia lucha de poder desarrollada en el juicio (parte central de la cinta desde el punto de vista del guion) era ya lo suficientemente atractiva para que la película tuviera valor pero se acrecienta aún más cuando descubrimos que el exitoso y brillante Vail ha sido engañado por una argucia de Aaron que consigue teatralizar una supuesta doble personalidad (falsa, obviamente) para librarse del castigo por su premeditado, alevoso y morboso crimen.
Para el espectador, acostumbrado a ver en tantas películas que el protagonista, actor estrella y carismático como es el caso de Richard Gere, sale victorioso en la trama y sobre todo moralmente, esta vez, termina humillado por la maligna astucia de un personaje funesto y calculador, con excelente interpretación de un jovencísimo Edward Norton que lo engaña a él y a todo el Sistema, consiguiendo un crimen perfecto.