Estupenda película que tiene tintes de terror, de intriga, de falso documental y de relato social.

Con una dirección austera, realista y eficaz, Randall nos hace partícipes de todos los extraños sucesos del pueblo, y de la casa de los protagonistas. Narrados desde diferentes puntos de vista, todos ellos encajan en una segunda parte que te sorprende por su frescura y su honestidad brutal. Por si fuera poco, y conforme la película avanza, surge un tercer giro a la historia que te hace estar aún más atento y sorprendido que en el primero. Acabando con un buen final, que aclara el misterio del circulo de personajes que (des)aparecen.

El guión es buenísimo. Inteligente, bien urdido y, en general, consistente. ¿Se deja cosas sin aclarar o son poco creíbles? Bueno, pues sí, es verdad. Pero la película es tan original y tan bien hecha, que se lo podemos perdonar.

Las actrices y actores están muy bien. Especialmente Judah Lewis. Hunt y Tenney, también convencen. Por cierto, ¿qué le han hecho en la cara a Hunt? Eso no es cirugía estética, eso es una chapuza.

Hollywood aún tiene talento e inteligencia para sorprendernos. Y eso me parece una buena noticia.