Sin entrar en las excentricidades de Von Trier en este caso la presentación teatral, resaltan todavía mas; la interpretación de los actores y el poderoso guión. Que por si solos componen una imagen de la condición humana. Personalmente me hizo reflexionar y en una segunda lectura hirió mis acomodados principios. ¿ Quienes son los verdaderos culpables? Los ejecutores, los consentidores, los que en su bondad no reclaman justicia. Los sumisos, que dejan la responsabilidad en manos de los otros.. Sobre la verdadera naturaleza de la justicia, la responsabilidad de nuestros actos y dejación de esta.
Es en definitiva una película densa y llena de contenido.