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España España · Barcelona
Voto de Manu_el_Ruiz:
9
Drama Adaptación de la novela homónima de Harper Lee. En la época de la Gran Depresión, en una población sureña, Atticus Finch (Gregory Peck) es un abogado que defiende a un hombre negro acusado de haber violado a una mujer blanca. Aunque la inocencia del hombre resulta evidente, el veredicto del jurado es tan previsible que ningún abogado aceptaría el caso, excepto Atticus Finch, el ciudadano más respetable de la ciudad. Su compasiva y ... [+]
14 de septiembre de 2010
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravillosa descripción del mundo infantil en contraste con el de los adultos a través de la visión constante de la mirada de unos niños.
La estructura de la película está conformada en tres bloques.
1) El mundo infantil, sus juegos y travesuras en su pequeño entorno.
2) El ambiente adulto, con su intolerancia, racismo y violencia.
3) La yuxtaposición de ambos mundos para llegar a ese desenlace donde algún valor ético deberá ser pervertido en pro de la vida.

Toda la película está descrita y narrada extraordinariamente, sin agitados movimientos de cámara, con encuadres que se limitan a mostrar lo que sucede y suaves panorámicas descriptivas. La primera parte de los niños, ayudada por la impecable y emotiva actuación de sus adolescentes protagonistas, es sencillamente genial; como ese ambiente familiar, con la figura del padre que impone su ética, ante la vida y el mundo, como mensaje al futuro que les espera a sus hijos.
El tránsito hacia el mundo adulto donde se acredita que la violencia, la intolerancia y el racismo llevan hasta la injusticia y la perversión del ser humano, es mostrado de forma serena y sin estridencias, condensando en las imágenes y las frases toda la fuerza que transmite. Y como colofón, el largo desenlace donde todo ese futuro, que los niños han ido asimilando, está a punto de quebrarse por un nuevo acto de violencia, y deberá ser esta vez un personaje, cuya sombra planea en todo el film como inmerso en la locura, quien deberá establecer el orden moral y físico en la vida de esos niños.

La conclusión última será ese mínimo, pero conciso, debate ético sobre el bien y el mal ante la justicia, entre dos personajes cuyos puntos de vistas se adivinan diferentes.
El padre, cuya moralidad se basa en la integridad, deberá ceder ante la certeza que justicia y ley son conceptos distintos. Será él, el encargado de defender esa justicia en la legalidad, quien deberá transigir (anterior diálogo con su hija), ante las palabras del sheriff que concibe que sea la justicia la que se imponga al margen del deber de acatar la ley.

Magnífico colofón para ese discurso relajado y sereno que acompaña toda la película, sobre cómo vivir con integridad ante la indignidad de la que tantas muestras dan los seres humanos. Matar un ruiseñor es un crimen, por la inocencia de su existencia en el mundo que habita. Ante tanta violencia y maldad algunos ruiseñores conseguirán seguir volando.
Manu_el_Ruiz
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