La alegría de las pequeñas cosas es una comedia con poca chispa aunque con la excusa del morir, se nos invita a reflexionar sobre la quizás anodina calidad de nuestra vida cotidiana. Esta existencia que es la única que tenemos aunque nos resistamos a ella.

"¿Si la muerte comete errores no podemos cometerlos nosotros?. Nosotros somos el error y cuando terminamos de equivocarnos se acaba la vida. No es más que un fragmento de tiempo formado por momentos de insignificante felicidad".

Al protagonista Paolo el Cielo le da una prórroga, un tiempo que no es para quejas, peleas o autocompasión, sino un tiempo para vivir intensamente. Sin embargo, estos momentos de más se mezclan com el recuerdo de una existencia indolente, llena de mentiras y sin demasiado sentido.

Dar un vuelo a una cotidianidad sin presencia puede que se inicie cuando la muerte llama a nuestra puerta. Claro que quizás para entonces ya sea demasiado tarde.

La película es francamente aburrida pero es quizás en este hastío de la trama el espectador puede ver reflejado quizás el sopor de su propia vida. Este es el unico mérito, o quizás el objetivo de la misma.

La alegría de las pequeñas cosas, tiene un marcado estilo irónico, y mientras se espera que el metraje se acabe, puede que uno se ilumine y decida afrontar que lo único que tenemos es el momento presente, sin prórrogas ni descansos.

Como advierte el título del libro que la ha inspirado, lo importante en la vida son estos momentos de inadvertida felicidad que esta nos brinda y que no siempre sabemos apreciar.

Se ha criticado el desorden o caos en la narración fílmica y que el espectador desea que sus noventa minutos de existencialismo se pasen rápido.

Pero, el cine tiene esto, hay opiniones para todos los gustos.

Visionada durante el confinamiento por el Covid-19 en https://www.salavirtualdecine.com/es/

Reseña elaborada por Funeral Natural.
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