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España España · Telde
Voto de Roscas:
2
Romance. Comedia Bridget Jones (Renée Zellwegger) parece que ya es feliz: vive con el apuesto Mark Darcy (Colin Firth) y ha dejado al engreído de su ex-jefe, el mujeriego Daniel (Hugh Grant). Lo malo es que la atractiva Rebeca (Jacinda Barrett) enturbia su relación con Mark. De pronto, los celos, la inseguridad y la tentación laboral -esta última de nuevo junto a Daniel- amenazan con pisotear el sueño de Bridget en un entramado de malos consejos, ... [+]
8 de octubre de 2011
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Querían otra dosis de inútil con suerte? pues aquí la tienen y por duplicado, porque ahora alguien tan sumamente torpe e incapaz es capaz de superar a Forrest Gump y presentar un programa que todos soñaríamos con dirigir gracias a haber exhibido su pandero en primer plano.

¿Querían volver a ver los pellejitos de Bridget? pues aquí no tienen nada de eso, sino al muñeco Michelin con pelo.

¿Querían una nueva dosis de gags absurdos? pues aquí tienen más gags, y más absurdos si cabe. Y algunos incluso de mal gusto, como el de las encarceladas tailandesas.

¿Querían un guión típico de comedia romántica? pues no sé si llamarlo guión, pero ese amasijo de letras juntadas que intentan crear algo que sea semejante a una historia, es tan típico que hasta en la época de los Lumiére estaría trillado.

¿Querían disfrutar de nuevo de esa (no tan) joven pánfila, parasitaria y odiosa que es lo último que una mujer con un mínimo de amor propio desearía tener como modelo a imitar? pues aquí van a tener por duplicado material para inspirarse si lo que desean es tocar fondo.

Está claro, los productores de la nueva entrega (y afortunadamente la última) de "Diario de Bridget Jones", han aplicado a rajatabla el clásico de las segundas partes: dar más de lo mismo, y en mayor dosis. Una fórmula que raras veces funciona, aunque este caso se trata de una excepción, ya que la gran dificultad que entrañaba quedar por debajo de la primera entrega no se ha podido resolver con acierto, y se ha quedado en el mismo nivel de mediocridad, tanto técnica como artística. Si acaso se puede apreciar una cutrez algo más acusada en la dirección.

Voy a salvar a Colin Firth, con su resuelta interpretación del flemático "abogado de derechos humanos" (para que no se me enfade la señorita Jones). El resto es para olvidar, aunque es rescatable en alguna tarde lluviosa de sábado si la sed de ñoñería aprieta.
Roscas
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