Película de culto dirigida por Walter Hill, un retrato de las bandas callejeras que hicieron furor en los 70.
Un guión sencillo pero efectivo: los Warriors han sido injustamente acusados del asesinato de un líder de las bandas y tienen que probar su inocencia a base de huir y liarse a hostias con todo aquel que se les ponga por delante. Hill le imprime a la cinta un ritmo frenético mientras nos muestra un collage de las razas nocturnas, algunos no quisieras encontrartelos de noche en una calle oscura. Música cañera, peleas de barrio magníficamente coreografiadas, diálogos por encima de la media para ser un film de acción y mala leche (la del malo maloso de turno).
Para los amantes de las sensaciones fuertes, una peli que aún conserva su encanto y que se puso otra vez de moda gracias a un genial videojuego.