Antes de nada, para espectadores nobeles, adentrarse en la 3°temporada de Twin Peaks sin haber visto las dos anteriores es cómo resolver un problema de mecánica de fluidos sin saber sumar... Verlas te dará una base para adentrarte en ella, pero no para que la resuelvas.
Dicho esto, después de adentrarme en los cuatro primeros capítulos de esta nueva temporada puedo garantizar que David Lynch está en plena forma, más libre y creativo que nunca, con sus virtudes y sus defectos, como cualquier artista empeñado en enseñar su mundo a un público no siempre preparado para entenderlo. A pesar de las altas expectativas puestas sobre la nueva temporada, Twin Peaks cumple y con nota. Los dos primeros capítulos podría decir que son dos de las mejores horas de televisión que se han visto en mucho tiempo. Lynch consigue fusionar nostalgia y frescura de manera brillante, en una introducción de dos horas que no era nada fácil, ya que debía jugar con la transición entre lo viejo y lo nuevo, introduciendo nuevas tramas y personajes sin dejar de lado los viejos. Conclusión: si os gusta Lynch, bienvenidos a casa.