Según nos muestra Schaffner, Patton fue un general norteamericano muy controvertido en su época. Excesivo casi siempre en lo que decía, y algunas veces también en sus actos, destacó en la lucha contra el ejército alemán tanto en el norte de África como después en Europa. Su visión romántica de la guerra le hizo verse como alguien que había nacido fuera de la época que le debería haber correspondido de acuerdo con su forma de ser y a creerse una especie de reencarnación de los grandes estrategas de la historia. Esta personalidad excéntrica lo llevó a tener problemas no solo con otros generales de los ejércitos aliados sino también en las filas del ejército de su propio país. Eso sí, su efectividad y éxito en las batallas parecen quedar fuera de toda duda.
Pero, coincidiendo con otras críticas que figuran en esta página, Schaffner muestra todo ello de una forma un tanto deshilvanada y un poco, por decirlo de alguna manera, a salto de mata, cambiando de escenarios y de acciones sin profundizar todo lo que habría podido en ellas, dejándonos retazos un tanto descoloridos de esos momentos en los que centra la acción.
De todas formas es cuando menos curioso el trato que se da a los alemanes en esta película, mucho más respetuosos a la hora de valorar al enemigo que los aliados. Valga como ejemplo de ello, la cautela y el respeto que Rommel ("El optimismo es algo que no me puedo permitir", dirá antes de enfrentarse con el general norteamericano) y otros militares sienten hacia Patton y el esfuerzo que hacen por entender su carácter, ya que esto les podría ayudar también a predecir de alguna forma su estrategia en la batalla. Una pena que el director no se centrase un poco más en ello porque podía haber sido un valor añadido para la historia que se cuenta.