Pierdo la fe en los festivales y en los críticos de la prensa con la buena acogida que ha tenido esta película ramplona, previsible y carente de toda personalidad.

En alguna crítica de esta página he leído algo sobre la valentía del director en estos tiempos de crisis para hacer esta película de género con las cuatro perras de las subvenciones. Lo que a mí me preocupa, es que se den subvenciones para rodar una copia cutre de la Bruja de Blair con casi 20 años de retraso, cuando España está llena de gente con mejores ideas que no consigue financiación ni a tiros.

La película no aporta absolutamente nada al género de "jóvenes idiotas atrapados en situación extrema", y conste que es un género que a mí me gusta. No hay tensión, no hay angustia, no hay psicología, no hay una propuesta formal (repetir el recurso de la cámara en mano no cuenta) y, encima, los sustos de "cosa que salta a cámara" se ven venir de lejos. Olvidable, decepcionante, insípida.