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España España · barcelona
Voto de avanti:
8
Drama Son los últimos días de agosto. Diane, una vieja y vitalista estrella de cine, y su pareja visitan a su hija Lane en su casa de campo. Lane es una mujer depresiva, cuya vida está marcada desde la infancia por el asesinato del amante de su madre, a la que culpa de su mala suerte. Lane está enamorada de Peter, un escritor, pero éste ama a Stephanie, que le corresponde, aunque está casada. (FILMAFFINITY)
13 de julio de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la alegría más exultantemente experimental en las primeras películas de Woody Allen (guión, interpretación o dirección) pasando por logrados experimentos cinematográficos (Zelig, Recuerdos, o la opaca intimidad entre los miembros de una familia (Interiores) además de otras tantas perlas que Allen nos ha legado para el cine; llegamos a Septiembre (1987). Rabiosa intimista, pausada, relatada, introspectiva provocativa y conscientemente contada al oído en un lánguido y continuo encadenado de primeros y medios planos escasamente abiertos a planos americanos, alguno tímidamente general que apenas se deja notar, Allen nos hace no solo partícipes de los personajes sino que además, cómplices de sus emociones y de sus variables estados anímicos desde la incómoda cercanía, donde el exterior se ignora, entre persianas, a la luz de las inclemencias, a la abrumadora invasión de luz diurna que todo lo inunda al abril una puerta, al conjunto de los infinitos matices que podemos observar durante el transcurso de los relatos intimistas, personales, afectivos, depresivos y emocionales en nuestros seis personajes y tres visitas para un fresco septiembre.

Lane (Mia Farrow) depresiva, rencorosa con su madre, enamorada de Peter, este no la corresponde. El rol, diametralmente opuesto al de Sally White en Días de radio, nos ofrece una convincente interpretación dramática bañada en abundantes matices emocionales. Woody supo sacarle a Mia el amplio espectro interpretativo que tan convincentemente ha mostrado en sus películas.

Stephanie (Dianne Wiest) amiga de Lane, secretamente atraída por Peter, está casada, entra en crisis, ha de decidir por marido o lo imposible entre los últimos días de agosto, septiembre acecha; los primeros fríos otoñales revitalizan las decisiones de Stephanie enfrentada a dos decisiones sentimentales que le harán esclarecer la realidad social en la que vive.

Peter (Sam Waterston) no corresponde a Lane, sí a Stephanie, un pretendido libro biográfico sobre Diane (madre de Lane) le ocupa, mientras, intenta seducir a Stephanie viviendo su propia realidad, lo que le impide tentadores deslices... Acciones de elegantes gestos contenidos vive entre la indecisión afectiva y su nada convincente futuro como escritor.

Diane (Elaine Stritch) Temperamental y directa en sus acciones, daña sin intención los sentimientos de quienes le rodean, especialmente los de su apocada hija Lane. Baño de realidad puesto en boca de tan temperamental personaje confirman al Woody Allen dramático que siempre ha admirado el género, realizándose aquí como en otros metrajes de su personalísima cosecha.

Lloyd (Jack Warden) casado con Diane, paciente, compresivo con su mujer es el soporte para calmar los ataques temperamentales de su esposa. Un veterano actor para un veterano equilibrio en los demás roles de esta historia.

Howard (Denholm Elliot) profesor de universidad, amigo de la familia, mayor, secretamente enamorado de Lane que la pretende durante la estancia en la casa sin resultados. Otro veterano de la interpretación que dota a al conjunto de los personajes complementos emocionales de amplio espectro pausado y contenido, se trata de un rol dramático donde lo que está en juego es el paso del tiempo, su relación con el amor, y con el deseo insatisfecho.

Mr. Raines (Ira Wheeler), Mrs. Raines (Jane Cecil) y Mrs. Mason (Rosemary Murphy) son tres personajes que aderezan la función familiar ligeramente enturbiada por el conflicto familiar. ¿Sus intereses? Comprar la casa respondiendo al anuncio de Lane con oposición materna y previsible resultado.

Todo termina como empezó, con quietud aceptada, contenida, y sobre un caudaloso rio de nuevas emociones que se alejan hacia los primeros días del cercano otoño, bañadas en la serena música de Art Tatum y Ben Webster.
avanti
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