Intento desmitificador de las Sagradas Escrituras en clave de comedia que recrea el Cielo como un pueblo español de los 50. Fue rodada en Buitrago de Lozoya, Pedraza, Peñafiel y Talamanca del Jarama.
Parte de una idea original que no es mala, siempre que se tome con sentido del humor, pero su puesta en práctica deja mucho que desear. Evidentemente, puede molestar a un sector de creyentes católicos.

Una vez que el espectador se aclimata al particular Cielo español, la película pierde enteros a pasos agigantados porque no engancha en ningún momento. El escaso vestuario (apenas pequeños detalles como unas alas del arcángel San Gabriel, el ínclito Quique San Francisco) y la ausencia de efectos especiales (por ejemplo para el Apocalipsis), denotan un presupuesto modesto, que tampoco ayudan en exceso a que el espectador se imbuya del particular ambiente celestial.

La sencillez de su propuesta (si cambiamos los nombre de Dios, Cristo, etc no hay nada que indique que estamos en el Cielo), deja indiferente al espectador y el lento desarrollo y la falta de alicientes son un obstáculo para el entretenimiento.
Destaca el variado e importante reparto coral, con figuras españolas de primer orden como Paco Rabal haciendo de San Pedro o Fernando Fernán Gómez como Dios, que ofrecen una visión humana de los personajes bíblicos, aunque no es suficiente para tapar las deficiencias del film.
En definitiva, una buena idea que, bien plasmada podría haber resultado interesante, pero Cuerda no acierta o no puede (por presupuesto u otros motivos) hacerla atractiva y sugerente de cara al espectador más exigente.