Hacer una comedia del horror de la segunda guerra mundial ya es de por sí todo un desafío, hacerlo sobre el engranaje de un guión totalmente sostenido, con un humor corrosivo y lúcido y con un cúmulo de situaciones inverosímiles que además resultan totalmente creibles durante la película pese a la comicidad que despierta, es una genialidad sólo propia de alguien como Ernst Lubistch. Desternillante y crítica al mismo tiempo ser o no ser refleja un drama a carcajadas y además da una penetrante visión política (sesgada como no podía ser de otro modo) ridiculizando el nazismo. Le resta magistralidad la turbadora voz en off que trata de adoctrinar frente al nazismo, o la música repetitiva y poco efectiva pese a que su banda sonora fuese nominada al oscar de ese año. Por otro lado, engrandece la obra la forma de mezclar una trama de espías, con un enredo amoroso que se enzarzan entre sí (el guión es simplemente genial) y la aplicación de la filosofía Shakespeariana a una situación real . Bien interpretada en general (sin exageraciones) Ser o no Ser refleja unos valores que la han hecho trascender a través del tiempo y es una de las películas más adorada por la crítica a través de los tiempos y eso es algo muy difícil que ocurra con una comedia. Desde luego, esta sátira del nazismo es digna de elogios y altamente recomendable.

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