Esta película de los años 60 vista hoy en día resulta mucho más inseparable de su época que otras películas rodadas en la misma etapa. La música, el vestuario, los peinados, el look del film nos recuerdan constantemente los ya lejanos años 60 pero tampoco se intenta ocultarlo, y es este aspecto de la película el que no resiste mucho el paso del tiempo. Muchos detalles como el aspecto visual, pueden parecernos demasiado cursis o anticuados vistos hoy en día, sin embargo, los excesos sesenteros de peinados, música (por cierto para nada desafortunada) etc , son suplidos con creces por unos acontecimientos que se narran que enganchan al espectador desde el primer momento, y por la temática que trata; los conflictos entre alumnos y profesores tan de actualidad en nuestros días. Cada dos por tres escuchamos noticias sobre alumnos que agraden a profesores y profesores que no saben ganarse el respeto de los alumnos. Ninguna película ha sabido reflejar tan bien estas relaciones tensas entre profesor y sus alumnos como “Rebelión en las Aulas”. Ni Nicholas Ray en su “Rebelde sin Causa” ni Francis Ford Coppola en su “Rebeldes” han sabido mostrar al espectador esas situaciones difíciles y al límite entre un profesor y un alumno donde la víctima casi siempre guardará silencio ante la amenaza de un mal mayor.

El adolescente rebelde y nada aplicado pero muy inteligente, el personaje del entrenador, la chica rebelde que en el fondo lo es simplemente para no desentonar en el grupo, el profesor de color cuyo difícil pasado lo ha convertido en el tipo duro que es pero que comprende y conoce a sus alumnos mejor que nadie porque seguramente él también fue en su momento un rebelde igual o peor que ellos de cualquier barrio marginal de una ciudad. Todos estos personajes y muchos otros, crean situaciones en la película que la hacen única, aunque se parezca a otras muchas de temática similar.