Nos encontramos ante un intento de describir el funcionamiento de la mafia rusa en Inglaterra que, por desgracia, naufraga irremisiblemente. Culpa, sobre todo, de la endeble historia que le sirve de soporte, porque potencia visual tiene. Supongo que los críticos "profesionales" se habrán quedado con eso y con el historial de Cronenberg a la hora de otorgarle sus generosas puntuaciones a la película.
Porque al final, en lo que se entretiene el guión (que poco nos entretiene a los demás) es en contar la peripecias de una enfermera en busca de la felicidad y, digamos, justicia, para un bebé recién nacido.
Si "Uno de los nuestros", "Casino" o "El Padrino" se hibieran decantado por una idea tan peregrina, nadie habría salvado a Scorsesse o Coppola de la crucifixión.
A destacar escenas como las de la pelea en la sauna, la sordidez del puticlub, los tatuajes y demás. A olvidar ciertas interpretaciones y ese final, hay, el final... desastroso.
Ah! También hay que destacar cómo le quedan los vaqueros a Naomi Watts. Eso le ha subido alguna estrella a esta crítica :p