A los diez minutos de empezar la película uno se da cuenta que no hay guión, o que es muy malo, y no tarda mucho más en darse cuenta de que no hay dirección, en teoría deberían ser el mismo, director y guionista. En tan poco tiempo te das cuenta que hay un montón de gente moviéndose por los planos pero sin actuar porque no saben lo que es eso. Más avanzada la película ya te das cuenta de que es una mala imitación de las películas de Almodóvar. Utiliza un universo de actrices, como Almodóvar, pero en este caso muy malas actrices y además no las sabe dirigir, ni siquiera Assumpta Serna está bien. Utiliza los colores chillones, pero aquí forman un pastiche vulgar sin ningún sentido artístico, simplemente colores mezclados. Utiliza, y mal, plya back de canciones muy conocidas. La imitación de Almodóvar llega a tal punto que el personaje de Nico, homosexual deportista, parece destinado a Antonio Banderas, pero la interpretación está a años luz. Las escenas son algunas impagables, para dejar de ver la película, pues no cuida los mínimos detalles: la escena en la que la madre de Camilla corta rosas de plástico es para tirar de la cadena, así como la presentación de José (¿homenaje a Carmen?) con un Johnny Hallyday ya mayorcito vestido de torero en una plaza de toros vacía. Las referencias científicas son de los tiempos de la inquisición: “En el cerebro hay un gen de la homosexualidad”, y es un profesor de genética el que dice esa barbaridad. Los genes son los mismos en todas y cada una de las células de nuestro cuerpo, salvo los gametos. Y les daré una explicación a por que trato con tanto desprecio esta película: porque alguien que desprecia el sufrimiento y el dolor de tanta gente que se ha enfrentado a sus padres por reconocer su homosexualidad, no me merece ningún respeto.