Anoche revisé “The innocents” y tuve la extraña sensación de estar viendo este cuento de terror por primera vez…Nuevamente esas manos delicadas y entrelazadas me hicieron plantearme, ¿estamos ante un cuento de terror narrado desde el prisma de una institutriz enferma, puritana, religiosa y con gran imaginación o ante una historia de fantasmas con niños poseídos, capaces de mantener posturas y conversaciones de adultos impropias de su edad?
Sólo un excelente guión de “suspense”, con interpretaciones de “inocentes” que rozan casi la perfección, en una cuidada atmósfera espectral y con una música inquietante puede provocar esta sensación…la misma que debieron sentir cineastas posteriores (Amenabar “Los otros”) cuyas obras no podrían concebirse sin esta joya del cine de terror de la que sólo es olvidable el título en español.