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Voto de carlos bosch benitez:
9
Drama. Thriller Kurt Barnert es un joven estudiante de arte en la Alemania del Este. Está enamorado de su compañera de clase, Ellie. El padre de ella, el Professor Seeband, un famoso médico, no aprueba la relación de su hija y está decidido a destruirla. Lo que ninguno de ellos sabe es que sus vidas están conectadas por un terrible crimen cometido hace décadas. (FILMAFFINITY)
19 de abril de 2019
17 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces, contra lo que reza el dicho, la primera impresión no es la que vale. Digo esto porque esta película solo la he visto completa al segundo intento. La primera vez salí despavorido a los pocos minutos, pues su arranque no presagiaba nada bueno y me produjo un rechazo instantáneo. La historia, al fin y al cabo, la escriben siempre los vencedores (con la posible excepción de la guerra civil española, que es harina de otro costal), y en lo que se refiere a la historia reciente de Alemania cada vez soporto menos el discurso maniqueo al uso.

Para ser breve, he disfrutado esta historia como pocas en los últimos tiempos. Por este motivo, salvo que hayamos visto dos películas distintas, no acabo de entender a qué viene tanta crítica negativa (me refiero a las oficiales). Es cierto que tiene altibajos como no podía ser menos en casi tres horas de metraje, pero en mi opinión estos apenas se notan. Estoy de acuerdo en que algunos personajes como por ejemplo el maligno doctor nazi, encarnado magistralmente por Sebastian Koch (cuya cara en el cartel me hace pensar inevitablemente en el Dr. Pedro Fraude), tal vez sean demasiado esquemáticos. También es verdad que la trama, si uno ha tenido tiempo de reflexionar un poco, resulta bastante inverosímil. Pero, al fin y al cabo, lo mismo sucede en casi cualquier obra de ficción. Lo que realmente cuenta es que mientras dura la proyección se mantenga el hechizo, aún a sabiendas de que lo es.

Además, el papel principal a cargo de Tom Schilling, un actor de una naturalidad y una inteligencia que desarman, compensan de sobra todo ello. En realidad todos los intérpretes están espléndidos en su contención, hasta el punto de que llega a ser más importante lo que callan que lo que dicen. Uno incluso tiene a veces la sensación de escuchar el susurro de sus pensamientos. Esa es, en mi opinión, una de las grandes bazas de esta película.

Florian Heckel parece estar inmerso en una especie de cruzada personal contra los totalitarismos de cualquier pelaje. Y, sin necesidad de estar totalmente de acuerdo con sus planteamientos, no se le puede negar la agudeza con que expone a la la luz del día las vergüenzas de cualquier sectarismo, ya sea la ideología nazi, la comunista, o bien se trate de los dogmas de la modernidad artística.

No obstante, hay dos aspectos que yo destacaría especialmente en esta película. Uno es justamente lo que algún crítico ha llamado su “sentimentalismo ramplón”. Un punto de vista con el que, supongo, una lumbrera como Carmen Calvo estaría totalmente de acuerdo. Yo prefiero llamarlo “amor romántico” y me parece uno de los puntos fuertes de esta historia. En cambio, son precisamente ese tipo de personas las que me parecen ramplonas. Un segundo gran logro es en mi opinión la belleza visual de algunas secuencias y la capacidad para captar en imágenes la grandiosidad de la naturaleza, que a veces toma tintes casi épicos. Todo ello hace de "La sombra del pasado", además de un canto de amor, una radiografía del alma alemana.

El título original "Obra sin autor" le va mucho mejor, por cierto.

La mayor parte de las escenas de sexo que vemos en el cine, con honrosas excepciones, resultan convencionales, como si las hubieran sacado de un catálogo; al menos esa ha sido siempre mi impresión. Por el contrario, las que hay en esta película figuran entre las más bellas que recuerdo jamás en la pantalla; me parecieron realmente conmovedoras.

Esta es una obra poliédrica, casi imposible de agotar en unas pocas líneas. Una especie de película-río que es a la vez que un corte transversal de la historia alemana, una historia de amor frente a la adversidad, un ensayo sobre la naturaleza del arte y muchas cosas más. Todo ello narrado con rigor y con el máximo respeto al espectador. A pesar de su duración, a mí no me aburrió en absoluto. Ojalá pudiera decir lo mismo del infumable cine panfletario que invade nuestras pantallas.
carlos bosch benitez
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