Es innegable el talento de Edgar Wright, es innegable el talento y la química de Simon Pegg (aquí está genial) y Nick Frost, y es innegable que todo fluye como debe ser en una parodia de calidad.
No obstante, una vez más como ya ocurriese en 'Zombies party', la película se hace un poco larga al final y le sobran 10 minutos.

Si no la han visto, y no le asustan las pelis de tiros y un pelín de gore, se la aconsejo. El entretenimiento y la diversión está garantizados y la trama está mucho más elaborada de lo que en principio podríamos pensar.
He dudado entre un 6 y un 7 y de momento se queda con el 6 por ese regusto final