El fondo de la historia, más o menos inverosímil, es lo de menos. Lo importante es la soberbia ambientación y puesta en escena. En la narración no hay dramatismo ni aspectos negativos. Hasta el marido ultrajado resulta ser una buena persona, comprensivo y resolutivo. Todo sucede en el marco del mercado de los tulipanes, que funcionaba de forma parecida al de la actual bolsa o especulación de valores con futuros. Esta circunstancia actúa como nexo de unión entre los diferentes protagonistas. Hay un curioso paralelismo entre "La joven de la perla" y el retrato encargado de la esposa, sólo que Alicia Vikander no es Escarlett Johansson ni el pintor es Vermeer, aunque podría serlo, por la época y por el estilo de su pintura. El parecido es tan evidente que hasta podría ser calificado de plagio. Pero el film no va por ahí. Las situaciones y personajes son muy diversos. Juli Dench está de impresión en su papel de abadesa bondadosa y pragmática. El film deja buen sabor de boca. Extraña e incomprensiblemente ha sido mal valorado por una buena parte de la crítica y de los espectadores. De forma injusta e ilógica, producciones análogas de calidad muy inferior gozan de mejores calificaciones.