Jamas entenderé como se ama tanto a esta película. A diario leo a la gente quejarse de las injusticias, del poder y el orden impuesto, de que se les aplastan sus sueños, de que sus metas y objetivos en la vida no podrán ser cumplidos, etc. Esa misma gente que se queja de este tipo de cosas son las que aman una película como esta, donde el valor principal que impone al espectador común, sin que éste se de cuenta es: si eres una cebra, no intentes ser un león, adorad a vuestro futuro depredador.
¿Ese es el mensaje que queréis? El mensaje que le transmitís a vuestros hijos cuando les ponéis esta cinta es "hijos, habéis nacido lo que habéis nacido, no intentéis cambiarlo". Me parece muy triste decirle eso a un hijo.

Típico mensaje controlador de Disney, presente en casi todas sus películas, más allá de los animalitos bonitos y los colorines.

Si a su mensaje oculto sumamos toda la polémica, desconocida para gran parte del publico, de su plagio hacia Jungle Taitei o como se le conoce en España Kimba, El León Blanco, anime de Osamu Tezuka en los años 60, 34 años antes y con quien guarda muchas similitudes, lo sobrevalorado de esta película alcanza limites altísimos.



Lo único que destaco es lo bien hecha que está, a nivel artístico, y su banda sonora. Ni sus personajes (plagiados), ni su argumento (plagiado), ni sus escenas principales (plagiadas), ni su mensaje (lavado de cerebro a las masas), pueden destacar en lo más mínimo.