Lo que podría ser un entretenimiento con algo más de imaginación, y recursos, se convierte en una patochada, que a estas alturas , con lo que por desgracia conocemos ya , de virus, resulta ridículo la forma de afrontar el tema, incluso a niños de primaria. Será muy al gusto americano, pero en Europa, creo que el tratamiento se hubiera resuelto con más tacto y credibilidad, sobre todo a la hora de meterse en el papel de cualquier científico, con un vocabulario más rico ,y no el propio de una tertulia de café, actuaciones de laboratorio más creíbles... Una pena de tiempo perdido, en los dos primeros capítulos. Q