Original película que nos presenta a una familia aparentemente normal, pero que en su interior esconde unos comportamientos un tanto peculiares. El film, construido a base de escenas breves que terminan sin un desenlace claro, penetra en el núcleo casi hermético que componen los diferentes miembros de esta familia encerrada en sí misma, con unos valores y unos códigos de conducta propios que celosamente intentan preservar del exterior. Agustí Vila describe perfectamente el asfixiante y malsano ambiente que rige las relaciones de cada uno de ellos, a la vez que descubre la enorme fragilidad que sostiene una estructura que se derrumba de dentro hacia fuera. La mosquitera que da nombre a la película da una imagen de seguridad solo aparente, ya que el verdadero conflicto se encuentra dentro de la misma.

En un film de este tipo, en el que lo que callan los personajes es casi tan importante como lo que dicen, era muy importante acertar en la elección de los actores, y en este apartado el acierto ha sido total. Eduard Fernández demuestra una vez más su maestría en el arte de componer papeles aparentemente normales a los que dota de una credibilidad superlativa, y a su lado Emma Suárez nos regala uno de sus trabajos más arriesgados, en los que mezcla a partes iguales dosis de ingenuidad, delirio y patetismo, que constituye uno de los elementos más sólidos de la película.

Soplo de aire fresco al que se le han encontrado reminiscencias con algunas obras de Luis Buñuel. Una buena muestra del nuevo cine catalán que parece haber hallado en el análisis introspectivo de la llamada familia tradicional un elemento clave de inspiración.