Entretenida, macabra y divertida película noruega que ahonda en el tema de las falsas apariencias y de la sociedad consumista, disfrazando el producto con una memorable amalgama de géneros que hace que el espectador nunca sepa a que se enfrenta. Magnífico ejemplo de lo que el cine de consumo merece. Tramposa hasta decir basta el espectador consume una película como “Headhunters” sin la menor culpa. Dotada de un ritmo endiablado, constantes giros en el guión, sorprendentes interpretaciones y una habilidad para sacar petróleo de donde solo hay barro. Buena, pero no porque sea buen cine sino porque es un buen (y tramposo) entretenimiento que consigue todos y cada uno de sus objetivos. Lo mejor es el constante giro en la trama y en los estilos que maneja y una sorprendente habilidad de hacer de lo trivial algo interesante. Buen ejemplo del camino que la cinematografía europea debe dar si quiere plantar cara a las mainstream americanas. Una película comercial con un plus europeo y una capacidad de seducir tan grande como grande es el engaño. Disfrutable y olvidable a partes iguales pero no por ello despreciable, todo lo contrario. Recomendable para amantes de las historias con sorpresa con pocas expectativas y ganas de pasarlo bien. Rabiosamente entretenida.