Desde la modestia de la propuesta, “Trench 11” cumple con todos sus objetivos. No podemos sacar oro de donde no hay, de la misma forma que no podemos atacar una película por no tener presupuesto si, dentro de su modestia, nos ofrece todo de cuanto es capaz. “Trench 11” es una película de serie B que no aspira a más. Una historia de terror en las profundidades de un extraño complejo construido por las tropas alemanas y que transcurre a finales de la Primera Guerra Mundial. En realidad el escenario y el momento son irrelevantes, lo que sucede en “Trench 11” podría suceder en una nave espacial en el futuro, en los túneles de metro en el presente o en cualquier casa encantada a la que se muda una nueva familia. La historia de “hombre contra parásito” no es nueva y no por el hecho de situarla en este contexto, le da más valor, es curioso pero no aporta nada. Se agradece que no hayan querido ahondar en el hecho de que transcurre en esa época de guerras (el presupuesto tampoco daba para más) y se centren en el conflicto de estos militares, cada uno diferente en su procedencia y objetivo, para construir contexto y arrancar con la acción que si bien es modesta, funciona perfectamente.

“Trench 11” no es tanto una película de terror (que lo es) como una modesta película de hazañas bélicas. Lo único que la convierte en una película de terror es que el enemigo, de repente, deja de ser el enemigo tradicional (los alemanes) y pasa a ser un enemigo desconocido (un ente terrorífico). Si uno sabe lo que va a ver, la película no decepciona. Si uno espera presupuestos como el de “Dunkerke”, “1917” o incluso ese otro híbrido de terror bélico que es “Overlord”, entonces la decepción está asegurada. Aquí no hay grandes decorados, ni tanques ni aviones, en realidad apenas hay parafernalia bélica aunque los exiguos 1,6 millones de dólares de presupuesto lucen adecuadamente, incluso parece una película mayor. El presupuesto de una película “normal” en Hollywood (nada de serie B) varia entre los 60 y los 100 millones de dólares.

“Trench 11” es una historia bien contada (dentro de sus evidentes limitaciones) y que nadie se acordará de ella, pero tampoco te decepcionará si sabes a lo que te enfrentas.