La lentitud con la que está explicada esta historia de "amor" otoñal sacará de sus casillas a mas de uno, pero ese es precisamente el valor (diferencial) de la película, la lentitud y el tardar demasiado en contar menos. A quien no le guste este tipo de películas puede que le aburra soberanamente, es normal, el ritmo siempre es primordial cuando uno busca entretenimiento y a los quince minutos del comienzo, uno de esos dramas made in hollywood donde todos los sentimientos son tratados desde la superficialidad, el director pisa a fondo el freno (quizás demasiado) para entrar en una dinámica donde nos dejamos llevar por la lentitud de este Mr Morgan (maravillosa interpretación de Caine) e intenta explicarnos eso de lo que tanto huye hollywood que consisten en como el ser humano entiende la muerte y el tramo final de nuestras vidas, el luto, la perdida y la ilusión. A mi me ha encantado a pesar de que tiene graves problemas (ritmo demasiado lento y la inclusión del hijo que rompe la dinámica narrativa) supongo que porque ver a un Michael Caine como se apodera de la pantalla a esa edad... siempre es un placer. No importa que un Van Gogh esté enmarcado en un marco de latón del Ikea... seguirá siendo un Van Gogh. Lastima que Caine sea un Van Gogh original pero "Mi amigo Mr. Morgan" sea una imitación no del todo conseguida.